Conciliación en tiempos de coronavirus
Sr. Director:
La conciliación familiar es un tema que en esta época brilla por su ausencia. Los padres teletrabajamos con los niños en casa, jugamos con ellos, les hacemos la comida, limpiamos la casa, sacamos al perro, vamos a comprar y, si podemos, incluso dormimos.
Los colegios no abrirán hasta el siguiente curso, y la vuelta será “a medias”, puede que con la mitad de la ratio, tampoco hay nada seguro. Son seis meses con los niños en casa. Me encantaría poder disfrutar de su infancia, pero en este momento la crisis económica me obliga a no parar de trabajar en unas condiciones cuanto menos estresantes.
Me propuse no renunciar a mi puesto aunque me costase invertir tantas horas en mi trabajo ya antes de la llegada del Covid-19. En estos momentos, muchos sentimientos encontrados afloran. ¿Debo renunciar ahora para estar con mi hijo? Y si es así, ¿podremos sostener la economía familiar con un sueldo si no sabemos siquiera si conservaremos el trabajo? ¿Por qué asumimos que es la madre la que tiene que renunciar? ¿No sería mejor que las empresas, colectivos y sindicatos se pusiesen de acuerdo para ofrecer unas condiciones óptimas de cara a la conciliación familiar?
Hemos andado mucho para ahora volver hacia atrás. Aprovechemos este momento para reconstruir viejos caminos y plantear un mundo donde quepamos todos.