Entrevista a Mónica López
"Maite es más seca y más fría que yo..."
Risueña y con los pies en la tierra, la actriz canaria estrena junto a Javier Cámara la tercera y última temporada de ‘Rapa’.
Conocida por éxitos de televisión como Hierro, La cocinera de Castamar o Antidisturbios, Mónica López vuelve a interpretar a Maite Estévez en la tercera y última temporada de Rapa.
"Han sido tres años de rodaje increíbles en Galicia, y he aprendido muchísimo de Javier. Es mi amigo, pero también ha sido un maestro que me ha enseñado a respirar delante de una cámara. Ha sido maravilloso".
La actriz presume de su relación con todo el equipo, y en esta primera serie donde ha podido dar vida a su primer personaje principal en una serie, nos confiesa su mayor miedo:
"Mi mayor miedo era emocionarme demasiado. Siempre pienso que, si un actor se emociona demasiado, no se emociona al público". Y así es cómo empieza nuestra entrevista.
¿Maite Estévez (tu personaje en Rapa) tiene algo de Mónica? Los personajes tienen nuestra fisonomía y nuestra cara, tienen nuestra respiración, y tienen nuestras intuiciones. Pero Maite es más seca y más fría que yo, y no es buena madre. Aunque eso también está bien. Hay que enseñar los claroscuros de los personajes”.
Maite ha evolucionado mucho a lo largo de las temporadas, ¿verdad? Sí, completamente. Maite es un personaje completo como resultado de un proceso. Sobre todo, si hablamos de su forma de relacionarse con el resto de personajes.
¿En qué sentido? El personaje gana complejidad conforme transcurren las temporadas. Por ejemplo, si hablamos de Maite y su relación con Tomás (Javier Cámara). Al principio, se caen mal, pero se necesitan. En la segunda temporada, Maite se da cuenta de que es un tipo raro que no quiere saber nada de las emociones, pero va a tener que cuidar de él hasta que decide recurrir a la eutanasia. El camino de Maite es bonito y complicado a la vez.
Rapa es una serie con personajes muy bien construidos dentro de un argumento muy bien hilado. Hay acción, pero también emoción. No es ñoña, pero sí emocional. Además, casi todas sois mujeres... Sí, es cierto. La especialista en secuestros, la sargento (que soy yo)... Incluso en la familia del secuestro: las que mueven los hilos, tanto la madre, como la tía, como la abuela, son ellas. Los hombres son bastante calzonazos en esa casa.
Hay papeles para las mujeres de más de cincuenta años en la pantalla? No, hay pocos, y hay menos si hablamos de papeles protagonistas.
¿Ha afectado eso a tu carrera? Soy bastante consciente de cuál es mi situación. No soy una actriz mediática, y no me llaman porque, además de no haber papeles para mujeres de mi edad, no tengo valor comercial. Entonces, si un director decide o un productor acepta la decisión del director, es una suerte.