CONSUMO ANÁLISIS
Cada leridano gasta al año más de 1.600 € de media en alimentación
La inversión global en la cesta de la compra alcanza los 713 millones en la provincia|| El capital destinado a fruta se mantiene, pero retrocede el de carnes y leche
La mejora de la situación económica se ha traducido en un incremento del dinero dedicado por los leridanos al consumo alimentario. En concreto, en 2016 alcanzó los 1.613 euros por leridano, lo que representa un repunte del 2,2% con respecto al año anterior. El crecimiento, con todo, es el menor de toda Catalunya, donde el promedio fue de 1.909 euros (+3,9%). Por provincias, el mayor gasto (excluyendo el tabaco) se sitúa en Barcelona (1.958 euros) y el incremento más destacado se ubica en Girona (4,9%). Así lo recoge el Observatorio Bonpreu y Esclat del Consumo Alimentario en Catalunya, que presentaron ayer el director financiero de Grupo Bon Preu, Pere Anglada; el catedrático Josep Oliver y el economista Xavier Segura -estos dos últimos autores del informe junto con Ramon Roig-.
El estudio valora también el dinero destinado en el conjunto de la provincia al gasto alimentario, y en el caso de Lleida pasa de los 701 millones del año 2015 a los 713 del pasado ejercicio. Es decir, que el repunte es de un 1,8%, mientras que en el conjunto de Catalunya alcanza el 4,2%. Los hogares catalanes recuperaron en 2016 el nivel de gasto alimentario precrisis con 15.100 millones de euros, una cifra muy similar a los 15.146 millones que se registraron en 2008.
Los hogares catalanes recuperan el gasto alimentario de 2008 con 15.100 millones
La sociedad ha cambiado sus preferencias alimentarias en estos ocho años y han ganado peso las hortalizas, el pescado y los platos precocinados, mientras que se mantiene la fruta y pierden peso la carne, el pan, los cereales, los lácteos y los huevos. Entre otros capítulos con un consumo a la baja también están los zumos, los refrescos y los aceites y grasas. Llama la atención que crece el gasto en café, por el auge del las cápsulas, más caras que el molido.
En el periodo entre 2008 y 2016 el gasto alimentario de hogares jóvenes -integrados por personas de entre 16 y 44 años- ha caído un 22,3%, mientras que el gasto en los hogares en que la persona de referencia tiene 65 años o más ha aumentado un 36,9% en el mismo plazo.
Oliver explicó que esta evolución se debe a que los hogares de más edad han aumentado su gasto para proveer a sus hijos y nietos de alimentos: “En los últimos 15 años las pensiones han tenido una evolución alcista, mientras que los salarios no han subido”. Así, esta estabilidad de los pensionistas ha conllevado que aumentaran su gasto en productos alimentarios a favor de sus hijos y nietos, muchos de ellos con salarios bajos o, incluso, en situación de paro.