AGRICULTURA METEOROLOGÍA
Las heladas se ceban con los melocotoneros y los nectarinos del Segrià y la Noguera
Algunas fincas registran temperaturas de hasta 4,5 grados negativos || Los productores temen una nueva madrugada de desplome de los termómetros, que dispara de nuevo el riesgo de daños
Las heladas registradas en la noche del martes al miércoles afectaron a buena parte de las poblaciones del norte del Segrià y la Noguera y disparó todas las alarmas por su posible afectación sobre los frutales, fundamentalmente los de variedades de hueso, que se encuentran en floración. Los payeses estaban ayer además alarmados porque las previsiones apuntaban a un nuevo derrumbe de los termómetros esta pasada noche, con unas condiciones aún más duras que las de la víspera.
La conselleria de Agricultura informó que, en general, los termómetros bajaron en las dos comarcas citadas a uno e incluso dos grados negativos, con casos puntales de -3. Desde las organizaciones agrarias, sin embargo, se apuntaban fincas en los que se alcanzaron los 4,5 grados por debajo de cero.
El departamento de Agricultura destacó que la existencia de viento y nubes a lo largo de la noche evitó que el mercurio descendiera aún más, lo que habría multiplicado los daños en las fincas. Por su parte, fuentes de los payeses apuntaron que había que esperar de 24 a 48 horas para poder hacer un análisis de posibles afectaciones en las floraciones de melocotoneros y nectarinos, fundamentalmente. Aunque las flores hayan resistido el frío, sin embargo, algunos productores destacan que posteriormente se puede apreciar una posible merma de calidad con, por ejemplo, huesos de las frutas partidas. La conselleria, sin embargo, es más cauta y considera que aunque se certifique la muerte de un 20% de las flores o incluso el 30% no se podría hablar de pérdida de producción. Aludía así a que las heladas se pueden traducir en una especie de aclarado natural de los árboles. Los productores, por su parte, se quejan de las franquicias del seguro en caso de tener siniestro.
Los payeses se preparaban al cierre de esta edición para pasar una nueva noche en vela ante el riesgo a nuevas heladas, que podían ser incluso más fuertes.