Fruits de Ponent defiende colaborar como clave de futuro para el sector

Reconocimiento a los socios y agricultores de base, apuesta firme por el cooperativismo y por la colaboración para hacer frente a la cada vez más importante concentración de la distribución. Estas fueron tres de las claves del mensaje del presidente de Fruits de Ponent, Sebastià Escarp, en el acto central de conmemoración de los 25 años de la cooperativa de segundo grado, celebrado anoche en la Seu Vella y que reunió a socios, proveedores, clientes, representantes de la administración y de los medios de comunicación entre otros. Escarp recordó que la cooperativa nació en 1992, en una campaña muy complicada para el sector e hizo alusión a los problemas de precios que sufre la fruticultura en especial desde 2014, cuando se inició el veto ruso. Pero se mostró convencido de que “queda agricultura y fruticultura para muchos años”. Un mensaje de optimismo a los socios que también fue acompañado de una defensa por intentar superar la división que existe en el sector.

En esta línea, Escarp recordó su apuesta por las alianzas estratégicas y el hecho de que hace unos meses Fruits de Ponent entró a formar parte de otra cooperativa, en referencia a Anecoop, que calificó de una de las más grandes en la comercialización de fruta y verdura no solo en el Estado sino en Europa.

La cooperativa reúne a 180 unidades familiares y exporta a cincuenta países de cuatro continentes

“Cada vez tenemos menos interlocutores y más fuertes al otro lado de esta cadena”, dijo en referencia a la gran distribución. “Así que no tenemos otro remedio que entendernos entre nosotros. Y no hace falta que todos seamos cooperativas, pero se han de crear grandes colaboraciones y alianzas, o será muy difícil hacer frente a estas grandes plataformas de compras”, defendió Escarp. Una llamada a la colaboración entre empresas y una defensa del asociacionismo porque, como dijo, la “cooperativa no es un concierto de tenores, es más un canto coral”.

Fruits de Ponent está conformada por las cooperativas de Alcarràs, Ramell, Benavent-La Portella y la de Llobregós. Reúne a 180 unidades familiares, teniendo en cuenta que muchos de sus socios son explotaciones o sociedades compuestas por dos e incluso tres generaciones de fruticultores. La entidad produce anualmente un promedio de 60 millones de kilos de fruta, de los que entre 50 y 55, según la campaña, es fruta de hueso y el resto, de pepita. Con vocación exportadora, comercializa sus productos en una cincuentena de países de cuatro continentes.