Agricultura ve irregulares el 80% de contratos de fruta
Casos en los que ni existen o en los que los pagos no cumplen los plazos legales
La conselleria de Agricultura ha comenzado su plan de inspecciones sobre los contratos en la cadena de comercialización de la fruta y ha constatado un elevadísimo grado de infracciones. Así lo ha desvelado esta semana en el Parlament el director general de Alimentación, calidad e Industrias Agroalimentarias de la Generalitat, Carmel Mòdol, dado que más del 80% de las que se han efectuado hasta el momento han supuesto la apertura de expedientes por irregularidades. Estamos hablando desde la inexistencia del preceptivo contrato entre operadores frutícolas hasta el incumplimiento de los plazos de pago establecidos por la legislación. Mòdol recordó que la Generalitat ha podido emprender estas inspecciones después de que el Tribunal Constitucional dictaminara sobre la competencia, aunque limitada, en este campo. Catalunya puede controlar las contrataciones en su territorio pero con una excepción, cuando se trate de operadores que trabajen más fuera del territorio catalán que dentro. En ese caso, según Mòdol, la competencia sigue en manos del Estado, “lo que nos limita mucho”. Pese a ello, hizo público que las primeras inspecciones ya se han puesto en marcha por parte de una serie de técnicos con formación específica. La conselleria tiene ya las conclusiones preliminares del estudio de la cadena de comercialización de melocotón y nectarina. El resumen no será una gran novedad dado que, como admitió el alto cargo de Agricultura, confirmará algo que ya es sabido. Mòdol dijo en el Parlament que “el único eslabón indefenso de toda la cadena es el agricultor”. En base a este estudio se propondrán acciones concretas para reforzar la cadena. Una vez concluido el informe sobre la fruta de hueso, la conselleria ha anunciado que se ha puesto en marcha otro de características similares, aunque en este caso se centrará en la realidad del mercado de la manzana y la pera, que salvo sorpresas volverá a confirmar la debilidad del agricultor con respecto a otros operadores.