La superficie de olivos en riego se triplica desde 2005

La superficie dedicada en Lleida al cultivo de olivos en regadío casi se ha triplicado desde el año 2005. En concreto, la conselleria de Agricultura tenía contabilizados 2.536 hectáreas con agua asegurada en ese momento, mientras que en la campaña 20017-2018, la cifra se había elevado a 7.064. La importancia del sistema de cultivo es capital, como demuestra que una hectárea de secano puede tener una producción media de 1.000 kilos de olivas, mientras que en el caso del regadío la media puede oscilar entre los 5.000 e incluso los 8.000 kilos, según datos del presidente de la Denominación de Origen Garrigues, Enric Dalmau. El regadío, además, supone asegurar una producción estable, mientras que los campos de secano pueden sufrir los estragos en caso de períodos de sequía que no suelen ser inhabituales en la provincia.

Pese a todo, la superficie sin agua asegurada sigue siendo la que predomina en los campos de la provincia. De hecho, los últimos datos de Agricultura sitúan en 29.891 las hectáreas de olivos explotados en secano frente a las citadas 7.064. Dicho de otra forma, hay más de cuatro hectáreas en secano por cada una en regadío.

Lleida tiene más de cuatro hectáreas de olivar en secano por cada una en regadío

La Denominación de Origen Garrigues ha conseguido un amplio consenso para ampliar su territorio en un total de 17 municipios limítrofes de su actual superficie. Se trata de un terreno con unas 30.000 hectáreas de cultivos, de las que unas 800 son de olivos. Pese a que los municipios de la ampliación tienen una superficie de olivos limitada y en secano, Dalmau destaca que se trata de una zona con grandes potencialidades y que contará con agua del Segarra-Garrigues. La DO considera clave su ampliación para incrementar producción, un crecimiento necesario para acometer la conquista de nuevos mercados exteriores. La Denominación de Origen Garrigues agrupa en la actualidad a 23.000 hectáreas de olivos.