Lleida es la novena provincia del Estado con más superficie agraria ecológica

El interés de los consumidores por los productos ecológicos o ‘bio’ se está incrementando de forma exponencial y el campo de Lleida es un fiel reflejo de ello. Así lo demuestra el hecho de la superficie destinada a producciones agrarias generadas sin la utilización de productos químicos de síntesis se ha multiplicado por 23 en lo que llevamos de siglo. Sería difícil de esta manera encontrar otro sector con semejante tasa de crecimiento. Los últimos datos disponibles de 2017, a la espera de que hoy se presente la última actualización, sitúan en 103.940 las hectáreas destinadas en la demarcación a estos cultivos. Esta cifra supone que Lleida cuenta con una de cada veinte hectáreas ecológicas de todo el Estado, donde se tienen contabilizadas 2,082 millones. Solo superan a Lleida las andaluzas Cádiz, Córdoba, Granada, Huelva, Jaén y Sevilla, además de las castellanomachegas Ciudad Real y Toledo.

A la hora de analizar esta superficie, destaca que el grueso, con 83.890 hectáreas, corresponde a prados, pastos y forrajes, lo que da pie a un crecimiento mucho mayor de lo que hoy es la ganadería ecológica en las comarcas de Ponent, donde apenas se contabilizan 418 explotaciones. En el caso de los cereales, las producciones verdes se acercan a los 2.600 hectáreas.

El sector oleícola local es uno de los que está demostrando haber hecho una apuesta fuerte por los productos “bio”. De hecho, en la provincia hay más de cinco mil hectáreas que tienen la consideración de ecológicas. Prácticamente el 28% de las 36.995 hectáreas de olivares locales huyen de los pesticidas. Además, hay que sumar casi un millar de hectáreas de viñedos y otro tanto en el caso de los almendros, a tenor de las informaciones oficiales de la conselleria y el ministerio de Agricultura.

Lleida es mundialmente conocida por sus frutales, pero la proporción de superficie biológica es mínima, con poco más de 600 hectáreas. En este caso hay que destacar que el grueso de las fincas apuestan por la conocida como “producción integrada”. Se trata de un sistema en el que se minimiza la utilización de productos químicos de síntesis y todo bajo un estricto control y con cuadernos de explotación en los que se debe anotar cada tratamiento.

Pese a que la producción ecológica se concentra en Ponent, la transformación está dominada, al menos en los grandes números en Barcelona. La provincia de Lleida se acerca a las trescientas industrias agroalimentarias ecológicas, mientras que en las comarcas de Barcelona se triplica esta cifra. Incluso Tarragona supera a Ponent.

Bodas de plata del consell, hoy un clúster orgánico El Consell Català de la Producció Agrària Ecològica cumple 25 años ejerciendo las funciones de autoridad única de control de la producción agrialimentaria orgánica. Ha pasado de 200 a casi 4.000 operadores inscritos, de no tener tejido empresarial a convertirse en el gran clúster agroalimentario ecológico del sur de Europa, con casi dos mil empresas, según el Consell, que destaca los más de 40.000 productos certificados. De hecho, la certificación de los productos se considera en buena medida la base para que los consumidores tengan confianza a la hora de comprar los productos que estos son realmente ecológicos.