Los hogares trasladan el gasto en alimentación hacia los precocinados

Las familias están incrementando en los últimos años el dinero que destinan a la cesta de la compra, a los alimentos y las bebidas no alcohólicas. Con todo, los hogares catalanes no han recuperado los niveles precrisis después de que la recesión se tradujera en que las familias se apretaron el cinturón y cambiaron hábitos, tanto de compra, con visitas más repetidas a tiendas y supermercados, como en lo que metían en la cesta. Está bajando el consumo de productos que podríamos considerar tradicionales, como los cereales, el aceite, la carne, el pescado o la leche. Paralelamente, se incrementa el famoso “otros alimentos”, fundamentalmente los precocinados , que ganan terreno en las cocinas con unas familias con poco tiempo para preparar la comida. Todo ello, además, está condicionado por un cambio en los hogares catalanes, dado que crecen aquellos que tienen como persona de referencia a una mayor de 65 años, mientras bajan los liderados por menores de 45. Estas son algunas de las principales conclusiones del último estudio sobre consumo alimentario elaborado por el equipo del catedrático emérito de Economía aplicada de la Universitat Autònoma de Barcelona Josep Oliver para el grupo de distribución Bonpreu que acaba de ser dado a conocer con los últimos datos disponibles del año 2017. El informe destaca también los aumentos del gasto en hortalizas, zumos, azúcares, frutas y, en particular, el café y bebidas similares.

En concreto, las caídas del consumo más importantes se aprecian en los cereales (8%), aceites (5,6%), carne (3,4%) y pescado (3,2%). Entre las buenas noticias para los productores de Lleida se encuentra el repunte de un 4,4% la inversión en fruta, pero hay que tener en cuenta que cada vez es más amplio el abanico de productos ofertados y hoy se puede encontrar cualquier fruta independientemente del calendario de producción local.

El gasto en fruta repunta un 4,4%, con un incremento del abanico de productos a elegir por el consumidor

Pero llama especialmente el incremento del grupo de “otros”, en el que se incluyen los precocinados, pero también los productos dietéticos y los de alimentación infantil, con un 6,7% más. Con todo, el informe apunta que en 2017 se redujo el gasto medio de las familias en alimentos y bebidas no alcohólicas en un 1,2% y se situó en 4.517 euros por familia. Llama la atención que las compras de alimentos se redujeron en un 1,5%, mientras que el incremento de un 3,6% en le caso de las bebidas no alcohólicas amortiguó la caída global de la cesta de la compra.