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El coste de la mano de obra para la fruta en Lleida sube 15 millones esta campaña

La subida del Salario Mínimo Interprofesional supone un incremento de costes de 15 millones para agricultores y centrales de fruta || Además, falta personal para cubrir las necesidades

Imagen de trabajadores, buena parte de ellos mujeres, envasando producto en la cooperativa de segundo grado Fruits de Ponent.

Imagen de trabajadores, buena parte de ellos mujeres, envasando producto en la cooperativa de segundo grado Fruits de Ponent.ÍTMAR FABGREGAT

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Los agricultores y centrales frutícolas de Lleida han vivido su particular crisis de resultados en las últimas campañas y han comenzado esta con un incremento de costes en la mano de obra que se calcula en al menos 15 millones de euros. La razón es el incremento del Salario Mínimo Interprofesional (SIM) y su repercusión en el campo.

La campaña de la fruta es uno de los grandes focos de contratación en la provincia de Lleida, que se concentra en apenas cuatro meses y que necesita de un gran volumen de trabajadores. Se calcula que viene a generar del orden de 30.000 contratos para un promedio de unas 25.000 personas que se emplean tanto en el campo recogiendo melocotones, nectarinas, paraguayos, peras y manzanas, como en las centrales frutícolas encargadas de su manipulación, envasado, conservación y comercialización. Estamos hablando de cifras muy importantes y más si tenemos en cuenta que en la provincia, por ejemplo, en el pasado mes de junio había en total poco más de 142.000 de trabajadores asalariados. De los 25.000 temporeros, se estima que del orden de un 60% trabajan en las explotaciones agrícolas, mientras que el 40% restante lo hace en las cooperativas y empresas frutícolas.

De hecho, el coste de la mano de obra es uno de los más significativos a la hora de producir un kilo de fruta y las variaciones salariales, advierten los empresarios agroalimentarios, tiene una repercusión capital en los resultados económicos. La subida del Salario Mínimo Interprofesional y su repercusión en las nominas de los trabajadores costará del orden de 15 millones de euros tanto para los agricultores como para las centrales frutícolas, según estimaciones del propio sector. Estamos hablando de que dependiendo del tipo de fruta puede representar para el payés entre 2 y 5 céntimos de euro por kilo de fruta producido.

Agricultores y centrales afirman que temporeros dejan el trabajo en días o incluso en horas

Las empresas temen que los problemas se agravarán en el futuro y miran a la automatización

El SMI ha subido este año un 22,3% al establecerse en 12.600 euros anuales, lo que equivale a 14 pagas de 900 euros o doce nóminas en este caso de 1.050 euros. La polémica ha acompañado a la adecuación a los trabajadores eventuales del campo en todo el Estado, que han acabado con diferentes resoluciones. En el caso de Lleida y Catalunya en general, Unió de Pagesos, Joves Agricultors i Ramaders de Catalunya e Institut Agrícola Català de Sant Isidre, como organizaciones empresariales, acordaron con los sindicatos de trabajadores UGT y CCOO reflejar en las tablas salariales que el sueldo por hora para un temporero que recoge fruta en el campo es de 7,02 euros brutos. En ese montante se incluye el salario base, el prorrateo de la gratificaciones extraordinarias, las partes proporcionales de los sábados, los domingos y vacaciones.

En el caso de las centrales de fruta, el acuerdo en una mesa de negociación fue imposible por las diferentes interpretaciones y con críticas de la patronal hacia Inspección de Trabajo. Al final, el Tribunal Laboral de Catalunya ha dictaminado que todos los trabajadores de las cámaras de fruta deben cobrar un mínimo de 7,08 euros la hora. La medida ha sido aplaudida por los sindicatos de trabajadores mientras que la patronal Afrucat la acepta y la acata pero afirma que no la comparte, al tiempo que dice que es la primera vez que va a haber un salario mínimo por hora diferente según el sector o el tipo de actividad.

Pero este no es el único problema con el que se encuentran los empresarios. Pese a todo, se están encontrando con problemas a la hora de poder contar con la mano de obra que necesitan. En general, payeses y empresas cuentan con una base de personal eventual que trabaja para ellos año tras año. En el campo muchas de las cuadrillas son fijas, pero se necesitan cubrir las bajas que surjen de un año a otro o las necesidades en momentos concretos por puntas de producción o demanda. Aseguran que no encuentran personal disponible suficiente y que en muchos casos pueden contratarlo un día y que el temporero apenas se queda trabajando unas horas o una jornada, en algunos casos. Muchas veces son personas que no tienen experiencia en el sector y que aseguran que ese trabajo no es para ellos, según diversas fuentes. Así, los payeses acaban haciendo altas y bajas de temporeros, con el coste de gestoría que supone y la pérdida de tiempo en burocracia, se quejan y tienen problemas para cubrir sus necesidades. Aseguran que es una situación que temen que vaya a más en los próximos años y urgen soluciones cuanto antes.

Advierten que pese al volumen de personas inscritas en las oficinas del paro, 17.454 en la comarcas de Ponent en el pasado mes de junio a tenor de los datos oficiales, no encuentran personal suficiente para recoger y envasar la fruta. Hace poco más de una semana, la Generalitat afirmó que tras sus gestiones e información a los desempleados, 1.829 de ellos en Catalunya están dispuestos a trabajar en la campaña. Indicó que en Lleida son 1.209. Pero desde las empresas se preguntan en privado dónde están e insisten en que no los encuentran disponibles. Muchos auguran que el futuro pasa por la automatización de los trabajos en campo y central.

Cooperativas que ofrecen servicio de cuadrillas a sus socios como salida Fruits de Ponent lo ensayó el año pasado pero en esta campaña está funcionando a pleno rendimiento: ha creado una sección propia en la cooperativa que da servicio a sus socios para cubrir sus necesidades cuando no encuentran trabajadores. No se trata de ofrecer mano de obra ni de ceder personal en plantilla. Ha creado una sección nueva en la cooperativa que hace las labores que el payés le requiera, como el aclarado de los árboles o la recogida de la fruta en una finca concreta. La cooperativa lo hace con una brigada dirigida por un capataz propio que puede llegar a tener 60 o 70 personas.

Imagen de trabajadores, buena parte de ellos mujeres, envasando producto en la cooperativa de segundo grado Fruits de Ponent.

Imagen de trabajadores, buena parte de ellos mujeres, envasando producto en la cooperativa de segundo grado Fruits de Ponent.ÍTMAR FABGREGAT

Imagen de trabajadores, buena parte de ellos mujeres, envasando producto en la cooperativa de segundo grado Fruits de Ponent.

Imagen de trabajadores, buena parte de ellos mujeres, envasando producto en la cooperativa de segundo grado Fruits de Ponent.ÍTMAR FABGREGAT

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