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Cae la producción de maíz en Lleida por los picos de calor del verano y la araña roja

El descenso es de entre un 30% y un 40%

Una máquina recolectora de maíz en una finca de Linyola.

Una máquina recolectora de maíz en una finca de Linyola.ACN

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Los tres picos de calor que se han registrado este verano en las comarcas de Ponent han afectado al crecimiento de la planta de maíz. Según el presidente de la Cooperativa de Linyola y coordinador territorial de Unió de Pagesos (UP), Jaume Pedrós, es cuando el maíz florece que el calor le puede ser más perjudicial y esta circunstancia tiene lugar en junio, cuando precisamente hubo el primer pico de calor del verano. Eso provocó que el maíz no floreciera todo lo correcto que haría falta y muchas piñas se quedaron con menos granos. Además, a medida que han avanzado las semanas ha aparecido la araña roja, un insecto que se pone en el maíz y hace que se seque antes de tiempo. Normalmente, la araña encarnada se puede combatir con la lluvia, ya que cuando cae agua se limpian las hojas y desaparece, pero este verano casi no ha habido precipitaciones en Ponent y por lo tanto la afectación de la araña roja ha sido importante.

Según Pedrós, en una zona de regadío como Linyola en un año normal la producción se sitúa entre los 12 y los 13.000 kilos por hectárea. Esta campaña, que empezó hace una semana, esta registrando, de momento, entre 8.000 y 9.000 kilos por hectárea. Habrá que ver cómo salen los maíces mejores, que son los que se empezarán a recolectar a partir de la semana que viene, pero todo apunta a que no subirá mucho el volumen de grano.

Con respecto a precios, Pedrós señala que continúa "flojo" siguiendo la tendencia de los últimos años, a 177 euros la tonelada. "Todo lo que esté por debajo de 180 euros la tonelada es ir a perder", lamenta Pedrós. La campaña pues, se prevé en negativo para muchos cultivadores de maíz en Lleida. Pedrós pide, en este sentido, que habría que encontrar alguna manera de asegurar los cultivos ante estos efectos adversos, ya que el seguro por sequía, al ser una zona de regadío, no les entra, y por la araña roja tampoco. Asimismo, ha alertado de que los "aranceles de Trump" también les afectarán.

Pedrós ha alertado de que todos estos efectos adversos están provocando que cada vez haya menos agricultores que se dediquen al cultivo de maíz. Las olas de calor están acondicionando las cosechas y los precios por debajo de coste de producción han forzado a cambiar de cultivos y muchos productores se han pasado en el cereal o la alfalfa. Según Pedrós, en los últimos cinco años, en una zona como Linyola, donde se llegaba a hacer 40 millones de kilos de maíz en un año, ahora no se llega a los 30 millones de kilos.

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