AGRICULTURA ANÁLISIS
El número de leridanas que está al frente de una explotación agraria apenas llega al 29%
Apenas superan las 5.800, frente a las 14.400 dirigidas por hombres || Solo el Segrià y la Noguera superan el millar de payesas “jefas” y la Alta Ribagorça es la que tiene más presencia, con el 36%
Las comarcas de Lleida cuenta en la actualidad con 23.049 explotaciones agrarias, de las que 14.409 están lideradas por hombres, 5.083 por mujeres y las 2.837 restantes tienen al frente una persona jurídica, es decir, una empresa. Teniendo en cuenta las que están dirigidas por una persona física, las mujeres apenas representan el 28,71% del total, una tasa que incluso está por debajo del promedio catalán, donde se llega a un 32%, según los datos oficiales de la conselleria de Agricultura. Por comarcas, solo en el caso del Segrià y la Noguera se supera el millar de mujeres “jefas” en el sector agrario, en concreto con 1.166 y 1.018, respectivamente. Son los territorios donde existe un mayor número de explotaciones, con 5.728 y 3.864.
La comarca con mayor porcentaje de mujeres líderes de negocios es la Alta Ribagorça, pero hay que tener en cuenta que con sus 46 explotaciones es una de las dos comarcas con menos negocios agrarios, sólo por detrás de la Val d’Aran. En la Ribagorça hay 12 mujeres, el 36,36% del total, mientras que en Aran apenas representan 3, lo que supone un 16,66%.
Las fincas cerealísticas tienen una superficie claramente superior a la de cultivos permanentes
A la hora de analizar la edad de los responsables de los negocios del campo, se confirma la elevada edad. Por poner un ejemplo, de los 2.376 hombres que lideran uno en la Noguera. 962 tienen más de 65 años y 545 se encuentran entre los 55 y la edad de jubilación. Otros 586 tienen de 41 a 55 años y 283 han llegado como máximo a la cuarentena. Entre las mujeres, el envejecimiento entre las líderes de las explotaciones también es una constante. Así, tomando el ejemplo del Segrià, 471 mujeres han superado la edad de jubilación teórica, otras 319 tienen entre 56 y 65 años, 278 se encuentran entre la cuarentena y los 55 años y apenas 98 tienen menos de 41 años. Estas curvas de edad se repiten en todo el territorio.
lleida
La conselleria de Agricultura tiene contabilizadas un total de 23.049 explotaciones agrarias en las comarcas de Lleida, con una superficie total de 346.224 hectáreas. Es decir, que el promedio de superficie se sitúa en una quincena de hectáreas. Pero como suele ocurrir con las estadísticas, esconden situaciones muy dispares. Las 19 explotaciones de la Val d’Aran apenas ocupan 13 hectáreas, es decir un promedio de 0,68 cada una. En el lado opuesto se coloca el Solsonès, con 28,26 hectáreas de media en sus 691 fincas.
La disparidad se explica por el tipo de cultivos en cada comarca, porque poco tiene que ver una explotación cerealística de la Segarra o el Pallars Jussà, donde se ronda la veintena de hecátreas, a una de frutales del Pla, donde se rozan las nueve. En comarcas donde tiene una gran importancia los cultivos permanentes, como son los olivos, los almendros o los frutales, la superficie se sitúa ente las 11,53 hectáreas de Les Garrigues y las 15,12 del Segrià. Entre las fincas más pequeñas están las de la Alta Ribagorça y el Sobirà, con 4,84 y 4,29 hectáreas respectivamente, mientras en la banda alta la Noguera supera las 17, mientras que en el Urgell el promedio que contabiliza la conselleria es de 14 hectáreas y en el Alt Urgell se quedan en una docena.
En el conjunto de Catalunya, la explotación media tiene 15,26 hectáreas, 0,2 más que en Lleida.
Pequeñas fincas que fijan la población rural y profesionalización La radiografía de las explotaciones agrícolas de Catalunya 2019 indica que el 43% de la superficie agrícola útil está gestionada por agricultores que tienen la actividad agraria como primera ocupación y el 57% restante la gestiona un perfil de agricultor que complementa esta fuente de ingresos con otros. En Catalunya coexisten dos perfiles de agricultor, quienes gestionan un modelo de explotación de reducida dimensión, lo que permite el mantenimiento de población en las zonas rurales y la vertebración del territorio, y un otro modelo de agricultor, titular de explotaciones de mayor dimensión que tiende a la profesionalización.