Usan cáscaras de almendra para que no crezca hierba debajo de las vides

Cáscaras de almendra y mulching (restos) de pino. Estos son los dos elementos utilizados en un proyecto de la UdL que se está ejecutando un viñedo del Pla de Raimat con el objetivo de evitar la proliferación de hierba debajo de las cepas. Jordi Recasens, catedrático especializado en malherbología, explicó ayer a SEGRE que esta nueva técnica ahorrará a los productores el tener que pasar tres o cuatro veces al año la segadora por debajo de las vides para eliminar las hierbas que perjudican su rendimiento. Así podrán economizar recursos. Y es que, según los primeros resultados de este estudio, que ha de prolongarse a lo largo de dos años más, la capa de cáscaras de almendra y pino se mantiene durante dos o tres años. Además, también parece otorgar un mayor vigor a la viña. Un vigor que, según apuntó Carlos Cabrera, doctorando en la UdL, si no lo desea el productor, puede ser reducido por medio de la disminución del riego, con lo que, en definitiva, también se podría reducir el gasto de agua. Por el momento, la cubierta de cáscaras de almendra y mulching de pino se ha colocado únicamente en siete hileras de cepas de la finca, que produce para las centenarias bodegas de Raimat. Como destacó Recasens, a simple vista, se observa la gran diferencia en la presencia de hierbas entre la zona en la que se desarrolla la investigación y las adyacentes. Aun así, subrayó que hay que esperar a los próximos meses para ver cómo evoluciona el crecimiento de la hierba. “Estamos todavía en febrero, pero es sintomático que donde testamos el proyecto no haya prácticamente crecido la hierba debajo de las vides y que alrededor nuestro sí que lo haya hecho”, destacó. Por otro lado, Cabrera indicó que los sensores instalados en la finca han detectado que, debajo del manto de almendras y pino, la temperatura es más alta en invierno y más baja en verano. “Si hubiera un invierno con muchas heladas, puede ser que fuese favorable para la planta, también podría favorecer una floración anticipada”, añadió.

En paralelo, en una quincena de hileras de viña de otra finca de Raimat, situada en la partida de La Clamor Baixa, la UdL junto con investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de Córdoba han utilizado un dron para detectar las zonas en las que prolifera la grama, una hierba que capta mucha agua y nutrientes y perjudica el desarrollo de la viña. Según manifestó Recasens, esta es la mejor época del año para detectar desde el aire la grama, porque, al estar seca, adquiere un color pajizo que la diferencia del resto de hierbas y de las cepas. Así, es más fácil para el dron señalar los lugares en los que crece, lo que permite focalizar el tratamiento herbicida para erradicarla directamente allí donde es necesario. “Si consigues tener un mapa del lugar en el que está concretamente la grama, puedes dirigir las aplicaciones herbicidas a dónde está el problema y optimizar la cantidad de producto suministrada”, manifestó el catedrático de la Universitat de Lleida.