ESNOTICIA
Una cadena ganadera firme
Lleida es toda una potencia ganadera, que pilota también en su sector cerealístico y las fábricas de piensos para garantizar el suministro a las granjas. En la actualidad, la cadena del campo hasta las carnicerías y supermercados está funcionando en medio de la lucha contra el coronavirus, que está provocando cambios para al mismo tiempo mantener la actividad con toda la normalidad posible.
Pinsos Gòdia, de Alcarràs, es uno de los múltiples ejemplos que podemos encontrar en la provincia. Se dedica a la producción de alimentos para animales, fundamentalmente vacuno y porcino, y de sus instalaciones salen mensualmente del orden de 3 millones de kilos. Una parte se destina a la venta para clientes externos y un porcentaje significativo sirve para cubrir las necesidades de sus propias explotaciones de vacuno y porcino. Así lo explica Josep Gòdia, quien remarca que la situación ha obligado a cambios en la fábrica. Fundamentalmente, como en todo tipo de actividades, se están extremando las medidas de sanidad y seguridad, con teletrabajo entre aquellas personas que pueden cumplir con sus tareas a distancia y nuevos protocolos en la propia planta. Hablamos de modificación de los turnos e intentar evitar que los trabajadores tengan contactos entre sí para minimizar cualquier riesgo. En las granjas, como han explicado ganaderos en estas mismas páginas en los últimos días, también se implementan medidas. Por ejemplo, Gòdia indica que los granjeros dan de comer dos veces al día a los terneros y en cada una de estas operaciones vigilan a cada uno de los animales para comprobar que se encuentran en perfecto estado.
Un ternero consume de media 10 kilos de pienso al día y un cerdo necesita 350 en su proceso de cebo
Esta cadena agroalimentaria mantiene su actividad garantizando el suministro al consumidor
Lo que preocupa, en todo caso, es que se pudiera producir algún tipo de problemas en la recepción de materia prima, tanto en las industrias como en las explotaciones. El 90% de los cereales en esta fábrica son de proveedores de proximidad, de Lleida y Huesca, pero la alimentación animal suele contar con importaciones tanto de Francia, que llegan por carretera, como soja americana, por ejemplo, que arriba en barco. Un ternero necesita de media 7 kilos de pienso diario (tres en los casos de los animales más pequeños y hasta diez cuando se acerca el momento de su envío a matadero). En el caso de los cerdos, se calcula que un animal requiere unos 350 kilos en sus alrededor de cinco meses de cebo.
El sector del transporte, con las dificultades que afrontan los conductores por falta de los servicios que necesitan en carretera en muchas ocasiones, está cumpliendo su labor rigurosamente, aplaude Gòdia. Deben afrontar, por ejemplo, la ralentización de las operaciones dado que muchas empresas a las que llegan tienen a buena parte del personal teletrabajando. También porque se multiplican las medidas de sanitarias y de seguridad, que implican más tiempo.
“Hay que hacer lo que sea para mantener el servicio a los clientes porque los animales necesitan el alimento cada día. Es una rueda desde el agricultor, la fábrica de pienso, el transportista, el ganadero, el matadero y la industria transformadora hasta llegar a las carnicerías y supermercados. El nuestro es un trabajo vital”, remarca Josep Gòdia.