Estudiantes vuelven a trabajar en el campo como décadas atrás
Sisko Gil comprueba los calibres de los paraguayos en una finca de Aitona.
Una de las incertidumbres para el sector esta campaña es la disponibilidad de mano de obra por las restricciones fijadas por las autoridades para la emergencia sanitaria. Josep Maria Companys (UP) afirma que la cifra de parados y estudiantes que están trabajando en el campo es “insignificante”, a pesar de las más de 9.000 solicitudes recibidas en el Servei d’Ocupació de Catalunya. Es el caso de Eduard Pons un joven de Torres de Segre, que este año ha decidido trabajar en la fruta en la misma población. Estudia Educación Social en la UdL y normalmente los veranos trabajaba en el sector del ocio infantil y juvenil y, ante la “incertidumbre” de la situación derivada por la Covid- 19, ha optado por el campo. Quienes están especialmente contentos son algunos jóvenes que llegaron solos y siendo menores al Estado y que ahora pueden encontrar una salida laboral en el campo. El Gobierno central ha establecido una autorización de trabajo y residencia de dos años, renovable por otros dos, para los que recientemente se han incorporado al campo.
