La nueva PAC destina el 20% de las ayudas directas a medidas ecológicas

Los ministros de Agricultura de los Estados miembros de la UE alcanzaron en la madrugada de ayer un acuerdo sobre la futura Política Agraria Común (PAC), que estará en vigor entre 2023 y 2027. Después de dos años y medio de negociaciones y tras una reunión final de 42 horas, los Veintisiete pactaron este nuevo marco en base a la última propuesta de Alemania, que es el Estado que ostenta ahora la presidencia rotatoria del club comunitario. De este modo, con el único voto en contra de Lituania y las abstenciones de Rumanía, Bulgaria y Letonia, acordaron reservar el 20% de los pagos directos de la PAC para la nueva ayuda a agricultores y ganaderos que quieran ir más allá de los requisitos obligatorios y adopten medidas adicionales en favor del clima y del medio ambiente.Precisamente éste fue uno de los puntos de fricción entre los ministros. España aspiraba a flexibilizar esta novedad durante todo el período de aplicación de la nueva PAC. Sin embargo, el acuerdo final, suscrito por el ministro de Agricultura, Luis Planas, contempla que, durante los dos primeros años de aplicación, los fondos para estos ecoesquemas que no se hayan gastado, a partir de un porcentaje del 10%, se puedan dedicar a otras cuestiones. La nueva PAC contará con un presupuesto de 390.000 millones, de los que a España le corresponden unos 47.700 millones.

Tras trascender los detalles del pacto, las organizaciones agrarias manifestaron opiniones encontradas ante la nueva PAC 2023-2027. De este modo, Unió de Pagesos advirtió que el acuerdo comportará para Catalunya una reducción de las ayudas directas y un encarecimiento de los costes, lo que, a su entender, “añadirá más competencia desleal en el mercado único con las importaciones desde terceros países”. Con todo, para UP, se dificulta que la payesía catalana pueda hacer frente a los retos de seguridad alimentaria, el uso sostenible de los recursos y el crecimiento.En la misma línea, Asaja remarcó que “no está claro” cuál será el régimen aplicable a los productos llegados desde fuera de la UE y que no están sometidos en su producción a los requisitos de sostenibilidad que se piden a los payeses comunitarios. “Queremos igualdad de condiciones para unos y para otros”, concluyó. En cambio, UPA dijo que la nueva PAC “no suena mal” y confió en que beneficie a la agricultura y a la ganadería familiares. UGT-FICA, por su parte, señaló que el acuerdo es “positivo” pero “insuficiente”.