La oferta de porcino del norte de Europa presiona a la baja los precios

El batir de las alas de una mariposa puede provocar un huracán en otra parte del mundo. Esta teoría es aplicable cien por cien a lo que está viviendo el sector porcino en estos momentos, dado que las decisiones que adopta China contra algunos grandes productores, como Alemania o un par de mataderos daneses, están multiplicando la presión sobre los precios en el mercado europeo, incluido el español. Todo ello, mientras en Catalunya y en España los mataderos están trabajando al máximo de sus posibilidades y más si tenemos en cuenta los efectos que tienen las medidas contra el coronavirus sobre su productividad. En los ocho primeros meses del año los mataderos españoles, capitaneados por los catalanes, han sacrificado un 4,60% más de animales, a tenor de los últimos datos oficiales del ministerio de Agricultura. Pero, además, hay que tener en cuenta que los cerdos que llegan a sacrificio tienen mayor peso, lo que explica que hayan salido de las salas de sacrificio un 6,70% más de kilos de cerdo. Por si fuera poco, la capacidad de congelación del sector se encuentra muy tensionada, rozando el cien por cien de ocupación.

Alemania y Bélgica siguen sin poder exportar a China, el gran cliente internacional en estos momentos, por los casos de peste porcina africana (PPA) que se han registrado en sus territorios. Así las cosas, su producción se debe comercializar en Europa. Es especialmente importante el caso alemán, que junto con España es líder en producción en la Unión Europea. El sector germano tiene miles de animales pendientes de sacrificio y dificultades para encontrar dónde matarlos. Dos mataderos de la vecina Dinamarca, además, tienen sus propios problemas porque Pekín les ha vetado en su territorio.

Los resultados de las compañías se auguran muy diferentes en función de si venden o no a China

En este contexto, la situación es muy diferente para las compañías porcinas. Quienes pueden exportar a China pueden defender resultados, mientras que quienes tienen el mercado interior o comunitario como su gran cliente sufren una presión que sigue creciendo.

Las últimas cotizaciones en Mercolleida registraron un ligero retroceso y se situaron en 1,204 euros por kilo de animal vivo. En Alemania, la cotización oficial es de 1,27, pero en este paso por kilo-canal, según datos de la patronal Porcat. Además, se estima que la referencia de la tablilla está sobrevalorada frente a la realidad de las operaciones comerciales que acaban cerrándose en ese país.