Nueva bronca de administraciones, payeses y sindicatos por la próxima campaña de fruta

La reunión de la mesa de seguimiento de las campañas agrarias convocada ayer por la Generalitat acabó con más bronca y tensión que con avances de cara a la próxima temporada de la fruta, según explicaron ayer fuentes presentes en la misma. Desde UGT lamentaron que “la única preocupación ha sido la propia campaña de recogida de la fruta” y “no se haya aportado ninguna medida dirigida a los temporeros”. Según participantes en la reunión, llegó a tachar de racistas a ayuntamientos y organizaciones agrarias, algo que encendió los ánimos de unos y otros. Desde los representantes agrarios presentes y los alcaldes del Baix Segre se rechazó de plano la acusación, como ya se hizo durante el pasado verano. La mayoría de los productores contratan año tras año al mismo personal y sus representantes insistieron en que no pueden dar trabajo a personas sin la situación administrativa en regla. Afirmaron que la empleabilidad y la situación de personas sin papeles compete a la administración. CCOO, por su lado, recordó su plan para la campaña, que sufre “problemas estructurales y endémicos” agravados por la pandemia.

Desde Unió de Pagesos, Jaume Pedrós recordó que alrededor del 98% de los temporeros son de origen extranjero, algo que en su opinión desmonta la acusación de racismo y en parecidos términos, el presidente de Asaja Lleida, Pere Roqué.

Lleida vivirá la segunda campaña de la fruta marcada aún por los efectos de la pandemia

El alcalde de Lleida, Miquel Pueyo, pidió que no se anticipen hipotéticos déficits de personal para recoger la fruta. Unas palabras que algunos interpretaron como una acusación de que el pasado verano hubieran hecho un efecto llamada a la llegada de personas sin contrato. Con todo, desde la Paeria no apreciaron que nadie se molestara por las palabras de Pueyo.

Organizaciones agrarias y alcaldes del Baix Segre como los de de Aitona y La Granja de Escarp, Rosa Pujol y Manel Solé, se mostraron unánimes a la hora de pedir vacunaciones y test de Covid-19 para los participantes en la campaña, tanto agricultores como trabajadores del campo. Pujol propuso al departamento de Salud que estudie la posibilidad de vacunar preventivamente, antes del inicio de la recogida, a todos los trabajadores que se desplazarán hasta el Baix Segrià para participar en la campaña. También planteó que Salud lleve a cabo pruebas serológicas para revisar la inmunidad de los trabajadores de la fruta, insistiendo en que el Baix Segre no se puede permitir otro confinamiento como el sufrido el pasado verano.

Después de la reunión de ayer, el subdelegado del Gobierno central en Lleida, José Crespín, comenzará una serie de encuentros bilaterales con los agentes de la campaña de la fruta para poder comenzar a planificar la que en la práctica comienza en primavera con el aclareo de los árboles.

Inspección solo ha impuesto 14 sanciones por la última campaña

Los últimos datos de la campaña de la fruta sitúan en 14 las sanciones impuestas por parte de la Inspección de Trabajo, según los datos de Unió de Pagesos, una incidencia especialmente baja si se tiene en cuenta que da empleo a 30.000 e incluso 35.000 personas en Lleida en momentos puntuales y dependiendo de los años. En 2020, la contratación fue inferior porque Lleida tenía una cosecha especialmente baja de fruta de hueso, que después se vio recortada aún más como consecuencia de las tormentas de pedrisco. La gestión fue especialmente difícil en plena pandemia.