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Agricultura advierte que los cazadores ya no bastan para parar la proliferación de jabalíes

A raíz de estudios que apuntan a tasas de reproducción muy superiores a las capturas || En Lleida la población todavía es estable y la Federación de Caza pide suprimir limitaciones para ganar efectividad

El zorro, un pequeño depredador cuya caza se prohíbe allí donde hay cacerías para evitar la proliferación de conejos.

El zorro, un pequeño depredador cuya caza se prohíbe allí donde hay cacerías para evitar la proliferación de conejos.X. S.

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“La caza no basta para reducir la población de jabalíes, hay que ser conscientes de ello”. Así lo advierte la consellera de Agricultura, Teresa Jordà. En una respuesta parlamentaria publicada en diciembre, afirma que los jabalíes proliferan en Catalunya a un ritmo muy superior al de las capturas. Puntualiza que las batidas en las comarcas de Lleida son por ahora suficientes para mantener su censo a raya; pero en las de Girona y zonas limítrofes “no consiguen reducirlo pese al ingente esfuerzo de los cazadores”.

La sobreabundancia de una especie la lleva a expandirse en territorios vecinos. Ha sucedido con los jabalíes, pero también con corzos y conejos. Los tres provocan daños a la agricultura y, en el caso de los jabalíes, ocasionan también accidentes de tráfico. Asimismo, preocupa la posibilidad de que transmitan la peste porcina africana a cerdos. Jordà afirma al respecto que la proliferación de esta especie “no favorece que aparezca la enfermedad, pero haría más difícil controlarla si apareciera”.

Los cazadores pueden desplazarse por toda Catalunya para cacerías de jabalíes y de conejos

En Catalunya se abaten unos 60.000 jabalíes al año y serían necesarios 100.000 para estabilizar la población

La consellera explica que Agricultura ha encargado estudios a “algunos de los principales especialistas mundiales” en jabalíes. De acuerdo con ellos, sería necesario cazar unos cien mil al año, el 66% del total, para mantener su población estable; y abatir a unos 130.000 para disminuirla de forma sensible. Estas cifras están muy por debajo de los 60.000 que se abaten cada año en Catalunya, pese a ser una cifra récord.

“Nunca se habían capturado tantos, pese a que los cazadores disminuyen año tras año”, dice Jordà, que concluye que “la presión actual de la caza no podrá controlar la población” de jabalíes y en los próximos años “será difícil capturar más”. Hasta ahora la caza ha sido principal medio para controlar sobrepoblaciones de fauna.

Alternativas como la esterilización tienen una eficacia mucho menor, y lo mismo sucede con cercados y sustancias cuyo olor disuade a los jabalíes de acercarse a las carreteras. Jordà afirmó que la actividad cinegética sigue teniendo un papel central en la estrategia de prevención de la peste porcina africana y recordó que dan facilidades para cazar allí donde la fauna perjudica a a la agricultura.

Las batidas para cazar jabalíes se suceden estos días en las comarcas de Lleida. El periodo hábil para abatirlos se ha ido prolongando hasta llegar a nueve meses al año. En los tres restantes se puede hacer con permisos especiales allí donde provocan daños a cultivos. También hay autorizaciones especiales para reducir las poblaciones de conejos, así como la posibilidad de organizar cacerías nocturnas, entre otras medidas para favorecer el mayor número posible de capturas. También están previstas otras nuevas, como cofinanciar seguros de perros cuyos dueños participen en batidas de “interés público”.

Frente a las restricciones de movilidad por la pandemia, los cazadores pueden desplazarse desde hace meses a cualquier lugar de Catalunya para participar en batidas de jabalíes. Hace dos semanas, esta exención se extendió a los que participan en cacerías de conejos allí donde se han convertido en una plaga.

Por su parte, fuentes de la Federación de Caza leridana valoraron que es “imposible” avanzar en el control de especies con la normativa actual, pero creen que pueden ganar efectividad si se suprimen algunas de las limitaciones actuales. Indicaron que la Generalitat no ha accedido por ahora a algunas de sus propuestas, como dar licencias de caza gratuitas solo para abatir jabalíes; autorizar un máximo de cinco cartuchos en las escopetas en lugar del actual límite de tres; permitir la caza de esta especie todo el año sin parar en periodos de reproducción, y facilitar las cacerías nocturnas, ahora muy restringidas.

En su respuesta parlamentaria a preguntas del PSC, la consellera apunta que “además de actuar en la mortalidad, un elemento eficaz para reducir la población de jabalíes es actuar de forma preventiva en la natalidad”. Jordà no entra en detalles sobre cómo hacerlo. Por su parte, agricultores, ecologistas, biólogos y cazadores apuntan al abandono de superficies agrarias, y a la transformación del paisaje que esto comporta, como factores decisivos que favorece la proliferación de fauna salvaje, así como la presencia de especies el lugares donde años atrás no se veían (ver desgloses).

«En unos años la población de corzos será incontrolable» Para Esteve Caus, uno de los responsables de la asociación de cazadores Colla del Senglar de Sanaüja, las dificultades por parte de la administración a la hora de autorizar la caza hace difícil que se puedan controlar las poblaciones de esta especie. Considera que este problema se agravará en los próximos años debido a la proliferación de la población de corzos, ya que se han extendido por todo el territorio, y las limitaciones a la hora de abatirlos hacen totalmente inviable que se pueda controlar su censo.

Argumenta que ahora es inviable, teniendo en cuenta que se limita el número de ejemplares que se pueden cazar a pesar de que hay cientos de ellos. El límite es de veinte piezas en Sanaüja y de seis en Biosca.

Asimismo, proliferan a un ritmo rápido en las reservas, por lo que teme que se extiendan en breve como una plaga. En cambio, considera que el jabalí sí se puede llegar a controlar.

Así, este año la asociación de cazadores de Sanaüja, que tiene unos 60 miembros, lleva casi 400 ejemplares cazados en la zona de la Segarra y parte de la Noguera y el Solsonès. Otro de los problemas que apunta Caus en próximos años es el ciervo, al considerar que cada individuo consume 4 veces más comida y agua que un corzo.

«Poner coto a la fauna salvaje exige políticas eficientes»

Josep Castella, agricultor y alcalde de Torrefeta i Florejacs, cree que el control de la fauna salvaje dependerá en buena medida de las políticas que adopte la administración. Considera necesario controlar el abandono de las riberas de los ríos ya que es donde más proliferan. También la conservación de la agricultura, dado que el abandono de tierras de cultivo provoca zonas arbustivas que son uno los principales refugios donde proliferan diferentes especies.

«No es fácil compaginar intereses entre economía y naturaleza» Fermí Sort, biólogo y especialista en pequeños mamíferos y uno de los autores de la Història Natural de la Segarra, destaca elementos que han provocado cambios en el entorno natural y benefician el afincamiento de nuevas especies. Así, el abandono agrícola provoca un aumento arbustivo que facilita que determinadas especies como el jabalí o el corzo puedan esconderse.

Asimismo, la agricultura extensiva, les ofrece alimento. Según Sort la mayoría de nuevas especies no se han reintroducido, sino que simplemente han llegado y han encontrado un ecosistema favorable para proliferar.

También hay casos de abandono por parte de personas que han importado animales y que se han afincando, como está pasando ahora en el Solsonès con el cerdo vietnamita. “Lo ideal sería poder compaginar la complejidad de intereses entre economía y naturaleza para mitigar la confrontación, pero no es nada fácil”, apunta.

Especies de fauna salvaje son ahora frecuentes donde antes no existían El paisaje y la economía del secano de Lleida ha visto en los últimos 30 años un cambio sustancial. A nivel general, la agricultura se basa cada vez más en grandes extensiones, mientras que la ganadería tiende a explotaciones de mayor tamaño y capacidad que años atrás.

De forma paralela, el entorno natural ha cambiado. Corzos, jabalíes, tejones y zorros son animales plenamente establecidos en zonas donde eran muy escasos e incluso inexistentes.

Su presencia está relacionada en mayor o menor medida con la despoblación rural y el abandono de tierras de cultivo, y al mismo tiempo es un factor más que dificulta la vida en las áreas alejadas de los grandes núcleos de población. Así, el paso de jabalíes y corzos por las carreteras provoca numerosos accidentes; mientras que la superpoblación de conejos y jabalíes ocasiona graves perjuicios a quienes siguen viviendo del campo.

Fermí Sort, biólogo y especialista en pequeños mamíferos, reconoce la dificultad de econtrar equilibrios. “Lo ideal sería poder compaginar la complejidad de intereses entre economía y naturaleza para mitigar la confrontación, pero no es nada fácil”, apunta. Y menos aún, añade, cuando a su parecer se ha ido legislando en esta materia sobre la marcha, sin objetivos claros que indiquen dónde llegar.

El zorro, un pequeño depredador cuya caza se prohíbe allí donde hay cacerías para evitar la proliferación de conejos.

El zorro, un pequeño depredador cuya caza se prohíbe allí donde hay cacerías para evitar la proliferación de conejos.X. S.

El zorro, un pequeño depredador cuya caza se prohíbe allí donde hay cacerías para evitar la proliferación de conejos.

El zorro, un pequeño depredador cuya caza se prohíbe allí donde hay cacerías para evitar la proliferación de conejos.X. S.

El zorro, un pequeño depredador cuya caza se prohíbe allí donde hay cacerías para evitar la proliferación de conejos.

El zorro, un pequeño depredador cuya caza se prohíbe allí donde hay cacerías para evitar la proliferación de conejos.X. S.

El zorro, un pequeño depredador cuya caza se prohíbe allí donde hay cacerías para evitar la proliferación de conejos.

El zorro, un pequeño depredador cuya caza se prohíbe allí donde hay cacerías para evitar la proliferación de conejos.X. S.

El zorro, un pequeño depredador cuya caza se prohíbe allí donde hay cacerías para evitar la proliferación de conejos.

El zorro, un pequeño depredador cuya caza se prohíbe allí donde hay cacerías para evitar la proliferación de conejos.X. S.

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