Un año 'horribilis' para el PIB de Lleida que salva el sector agrario

Lo que empezó siendo una crisis sanitaria se ha convertido, además, en una bofetada al tejido económico no vista en España desde la Guerra civil. El último barómetro del CIS lo refleja de un modo palmario, al colocar a la situación de la economía como principal preocupación de los españoles, por delante ya del propio coronavirus. Además, el tercer problema para la ciudadanía es el desempleo. Y es que el paro ha aumentado notablemente a lo largo del último año debido al virus y al frenazo que supuso para la actividad a todos los niveles.

Esta crisis ha llevado a pronosticar, según Idecat, una caída del PIB catalán del 11,4%, y teniendo en cuenta que Lleida supone el 5,6% del PIB catalán, supondría que la economía de Lleida ha perdido en 2020 más de 1.540 millones de euros.

El turismo y el comercio son los más afectados por las restricciones y sus pérdidas se cuentan por millones. Quedará por ver también las empresas de estos dos sectores que se verán obligadas a cerrar definitivamente sus puertas. De hecho, Lleida perdió el año pasado un 47% de turistas y ahora están cerrados aproximadamente el 80% de los hoteles del Pirineo debido al confinamiento comarcal.

Así, el balance del primer año de la pandemia arroja un panorama desolador. Aun así, la demarcación ha aguantado mejor el envite del virus debido a la importancia del sector primario y de la industria agroalimentaria.

Este balón de oxígeno para la economía leridana no ha impedido que un total de 1.850 empresas se vieran forzadas a cerrar en los primeros nueve meses del año pasado y que cesaran la actividad en ese mismo período 2.700 autónomos, según el INE. La pandemia se ha cebado, en definitiva, con las microempresas, pymes y trabajadores por cuenta propia.

Más de 10.500 miembros de este colectivo en Lleida registraron el año pasado pérdidas superiores a los 30.000 euros, según las cifras que maneja ATA.

Igualmente, pese a la moratoria aprobada por el Gobierno español y la parálisis en los juzgados durante los primeros compases del virus, 99 familias leridanas fueron declaradas en quiebra el año pasado y 30 empresas entraron en concurso.

Los ERTE frenan la subida del paro, que crece un 31% Los expedientes de regulación transitoria del empleo (ERTE) han contribuído durante este año a frenar la escalada del desempleo en la provincia que, aun así, creció un 31,36% entre febrero de 2020 y el mes pasado. La semana pasada, la provincia de Lleida tenía 27.605 parados, que son 6.590 más que doce meses antes. Además, 6.862 personas estaban en ERTE. Éstas cuentan como empleadas y no como paradas.

Comercios y bares declaran pérdidas millonarias Hostelería y comercio han sido dos de los sectores más lastrados por por las restricciones. Según Pimec, sólo en enero de este año, los comercios de Lleida perdieron 44 millones por las medidas. El presidente de Pimec en Lleida, Jaume Saltó, explicó que muchos comercios “ya no abrirán porque han quedado muy tocados” y señaló que el hecho de no poder abrir los sábados ha sido “un descalabro importante”.

El campo y la agroalimentación amortiguan el golpe A pesar del golpe a la economía que ha supuesto el coronavirus, la provincia de Lleida ha resistido mejor que el resto de demarcaciones de Catalunya. De esta forma, el PIB leridano retrocedió el año pasado un 8% respecto al ejercicio anterior, según constató el mes pasado el Banco de España.

El organismo regulador achacó este comportamiento al peso en Lleida del sector primario y de la industria agroalimentaria, que no han sufrido tanto los efectos de la Covid. De hecho, fue la agroalimentación la que permitió que las exportaciones leridanas crecieran en 2020 a pesar del virus.

Así, este sector representó el 66,6% de las ventas de Lleida al exterior el año pasado y creció un 7,5% respecto a 2019, según el ministerio de Industria. Por su parte, Prodeca señaló que uno de cada cuatro kilos de alimentos exportados por Catalunya en 2020 fue de Lleida.