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ESNOTICIA

La contratación de temporeros cae un 18% por la corta cosecha de fruta

Administración, organizaciones agrarias y patronal tildan la campaña de tranquila

Buena parte de los trabajadores de la campaña repite año tras año con los mismos agricultores, en una relación bastante estable.

Buena parte de los trabajadores de la campaña repite año tras año con los mismos agricultores, en una relación bastante estable.AMADO FORROLLA

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El sector frutícola de Lleida estima que una campaña que se pueda calificar de normal requiere de hasta 35.000 personas para cubrir las labores de recogida en campo y manipulación en las centrales. Este año, con una cosecha muy corta, será suficiente con unas 25.000. De momento, ya se aprecia una caída del 18% en el volumen de contratación.

Lleida tiene una cosecha especialmente baja de fruta de verano, un 34% menos que el promedio de los últimos cinco años, por las heladas de la primavera y eso se está notando en las necesidades de mano de obra.

Los primeros datos oficiales de la campaña, de mayo, reflejan una caída de la contratación de un 18% con respecto a 2020, que ya fue baja. Pero como ocurre siempre, la suerte irá por barrios, dependiendo de la localización de las fincas o las empresas y que se hayan visto más o menos afectadas por el frío.

Hay casos de agricultores especialmente perjudicados y que, por ejemplo, que en estos momentos llegarían a tener una veintena de trabajadores y que solo han contratado a una decena.

La patronal frutícola Afrucat apunta que algunas empresas no han contratado de momento a ningún eventual, porque cubren sus necesidades con los fijos y fijos discontinuos..

La temporada se está desarrollando con normalidad, con la lucha contra la pandemia como uno de los grandes aspectos, igual que en 2020. Con la vacunación avanzando y los cribados entre agricultores y trabajadores, los casos detectados de coronavirus son mínimos en un contexto de crecimiento entre la población en general, en especial entre los más jóvenes. Agricultores, cooperativas y centrales frutícolas, Servei d’Ocupació de Catalunya y subdelegación del Gobierno coinciden en calificar esta campaña como tranquila, con un equilibrio entre la oferta y la demanda de temporeros, un colectivo que en muchas explotaciones son los mismos año tras año.

La afectación del frío depende de las zonas, al igual que la caída de necesidad de trabajadores

Está en marcha la de dinamizadores, pero aún se tramita la de apoyo de 50 euros por contrato

La directora del SOC en Lleida, Maria Jesús Marvà, explica que hasta el mes de mayo se han registrado en Lleida 15.2393 demandas acumuladas para trabajar en campañas agrarias en Lleida, con el Segrià a la cabeza (9.477). Le siguen el Pla d’Urgell (2.088), la Noguera (1.687), el Urgell (1.289) y Les Garrigues (752). En el caso de las contrataciones en el mismos período se han registrado 11.223 de nuevo con el Segrià a la cabeza (9.021), el Pla d’Urgell (767), la Noguerea (590), Les Garrigues (486) y el Urgell (359). En abril se firmaron 2.346 contratos frente a los 3.926 del año pasado. En mayo, hablamos de 5.359 frente a 6.513, lo que supone un descenso de prácticamente un 18%.

Marvà destaca los nuevos instrumentos articulados este año. En concreto, se ha convocado un programa de dinamizadores, con un total de 54 para Lleida. Es personal puesto a disposición de entidades locales y organizaciones agrarias y sociales para poder ayudar en la gestión. Se han adjudicado los 41 previstos para ayuntamientos y consells, de los que el Segrià absorbe 34. Llama la atención, sin embargo, que solo se hayan presentado siete para las 13 plazas preasignadas a organizaciones agrarias y sociales. Son 4 para Unió de Pagesos, y uno para la Federació de Cooperatives , así como otro para CCOO y uno más para UGT.

Este año también se anunció una línea de ayudas con la que el Govern pretende apostar por una contratación de proximidad.

Son 50 euros semanales para contratos que tengan una duración de al menos dos semanas y hasta un máximo de 200 euros por caso. Está dirigido a empresas de menos de diez trabajadores, dicho de otra forma, a explotaciones familiares.

Se exige que el agricultor ofrezca ciertas condiciones de alojamiento a los trabajadores o que provengan de un radio máximo de 40 kilómetros.

Es un programa en pruebas con un presupuesto de un millón de euros, que llegarían a cinco mil contratos. Sus resultados serán claves para decidir si hay nuevas ediciones.

El problema es que en estos momentos esta línea aún no se ha publicado, porque está cubriendo los trámites administrativos antes de que vea la luz.

De todas formas, cuando se ponga definitivamente en marcha tendrá carácter retroactivo y se aplicará para contratos firmados de 1 de abril a 1 de octubre..

Todas las campañas de la fruta son diferentes y está claro que la actual pasará al recuerdo por su baja producción de melocotones, nectarinas y paraguayos en Lleida, pero también en Aragón, Italia o Francia.

La razón no es otra que unas heladas primaverales. Las previsiones oficiales apuntan a un retroceso de la oferta leridana de un 11% con respecto a 2020, que ya fue un año bajo.

De hecho, la comparación con el promedio de producción de los últimos cinco años sitúa el descenso en un 34%.

El sector confía en que el binomio oferta-demanda se traduzca en los precios, algo que de momento no ha ocurrido. En las primeras semanas de campaña se han dado dos factores.

Por una parte, que Murcia no ha visto mermado su potencial.

Por otra, la meteorología en Europa no animaba al consumo. Ahora la situación es otra.

Hoy la oferta pivota en Lleida y Aragón, con lo que tanto la patronal de la fruta Afrucat como cooperativas y centrales consultadas apuntan que ya se aprecia un vacío en el mercado.

Se estima que no se podrán cubrir todas las demandas de producto y que eso debería tener un lógico reflejo en los precios. Hasta ahora, asegura Afrucat, las cotizaciones se han situado en línea con las registradas el año pasado o algo por encima.

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En este punto, firmas productoras advierten una vez más de la necesidad de la corresponsabilizar a la cadena de valor de la fruta y de hacerla equilibrada, para lo que se necesita un respaldo de la Administración más allá de instrumentos como el Observatori de Preus de la Generalitat o la ley de la Cadena Agroalimentaria del Gobierno central. Todo ello en un contexto de incremento de costes, no solo los tradicionales sino también los ligados a normativas y exigencias en materia medioambiental y de sostenibilidad cada día más estrictas.

La falta de producción de hueso se comienza a apreciar ya en el mercado  

Buena parte de los trabajadores de la campaña repite año tras año con los mismos agricultores, en una relación bastante estable.

Buena parte de los trabajadores de la campaña repite año tras año con los mismos agricultores, en una relación bastante estable.AMADO FORROLLA

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