Críticas de los agricultores al veto al trabajo en el campo y a tomar medidas sin consenso

Las restricciones impuestas por la Generalitat al sector agraria para evitar incendios en plena ola de calor se han convertido en motivo de polémica. Unió de Pagesos y Joves Agricultors i Ramaders de Catalunya criticaron ayer los vetos a la utilización de maquinaria en buena parte del territorio sin consenso ni haber hablado con el sector, una medida que en su opinión demuestra desconocimiento de la realidad agraria por parte de las autoridades.

El coordinador de UP en Lleida, Jopep Sellart, recalcó que los payeses son los primeros interesados en evitar riesgos y que la actividad agraria es en sí misma una tarea de prevención.

El responsable de producciones herbáceas de esta organización, Santi Caudevilla, se quejó de que solo la fruta dulce se salve de los vetos impuestos por el Govern. Dijo, por ejemplo, que los forrajes son producciones que se trabajan en verde, con lo que es difícil que se pueda iniciar un fuego trabajando en una finca, una situación que extendió también a los ensilados o viñedos.

Además, se quejó de que los agricultores han afrontado en solitario los costes de labrar cortafuegos, que suponen un gasto de 75 euros por hora de trabajo de un tractor, en el que trata una hectárea.

Desde JARC, se exige a Interior que se elimine las restricciones a la actividad agraria puesto que no han tenido en cuenta cuestiones básicas como que el uso de la maquinaria es necesario para alimentar el ganado y no se ha distinguido entre las zonas de regadío y las de secano. Esta prohibición implica también que la siega de la alfalfa, que se tendría que llevar a cabo durante estos días, se tendría que aplazar, hecho que puede implicar la pérdida de toda la cosecha, los esfuerzos de todo un año.

Por otra parte, agricultores de diferentes localidades analizaban ayer los efectos provocados por el escaflit que sacudió buena parte del llano de Lleida en la madrugada del miércoles al jueves.

Fuentes agrarias explicaron que los fuertes vientos barrieron una franja importante de territorio que comenzó en la zona de la ciudad de Lleida hacia Els Alamús y Bell-lloc. En algunas zonas, las rachas fueron tan fuertes que tumbaron literalmente líneas enteras de frutales y dañaron infraestructuras de redes antipiedra.

El fuerte viento también tiró al suelo peras que son especialmente sensibles al aire, como las de las variedades Conference o Alejandrina.

En otros casos, el roce de las ramas o las hojas propiciado por el fuerte aire ha dañado la piel de los frutos haciéndolos inservibles para la venta en fresco de las peras afectadas, explicaron los payeses.