ESNOTICIA
La escalada de precios duplica el coste energético para las granjas
En el caso del porcino, con 22 euros por plaza y año para las explotaciones de ciclo cerrado|| Hasta ahora suponía del orden del 2,5% del coste total de un animal
La escalada de los costes de la energía se está dejando sentir en todo tipo de actividades, desde las domésticas a las industriales, pasando por las agrarias.
En el caso de las granjas de porcino, este coste se ha duplicado, según las estimaciones hechas públicas ayer en la Fira de Sant Miquel por Gerardo Blanco, miembro del Centro de Estudios Porcinos y profesor del departamento de Ciencia Animal de la UdL. Recordó que la energía venía a representar del orden del 2,5% del coste total de un animal.
Tras la carrera alcista de los precios de la energía, ahora cifra en entre 21 y 22 euros por plaza y año en el caso de una explotación de ciclo cerrado.
Además, apuntó que las previsiones apuntan a que los precios seguirán elevado en los próximos dos años. Con estos datos sobre la mesa, dejó claro la importancia de optimizar la utilización de energía.
Entre las partidas más importantes, destaca que el gasto en calefacción viene a representar del orden del 70% .
Así lo explicó en el marco de la jornada técnica titulada Gestió de l’impacte ambiental en granges de porcí intensiu que se celebró en el marco de la Fira. Como alternativa a las fuentes de energía eléctrica tradicionales, explicó las posibilidades que representa la energía geotérmica (subterránea), la solar térmica (que puede proporcionar hasta un 35 o 37% de ahorro energético) o, como novedad, la puritèrmia, es decir, la obtención del calor a través de un sistema instalado en una balsa de purines (con ahorros energéticos de hasta el 50 o 60%).
Blanco afirmó que aspectos como la orientación de la granja son básicos, y que una explotación orientada al sur puede aprovechar un 47% de la energía solar que recibe, frente al 28% de una orientada al norte. También destacó que una placa fotovoltaica aprovecha entre un 23 y un 24% de la energía solar, mientras que los paneles solares térmicos de tubos vacíos pueden alcanzar el 70%.
Asimismo, explicó que los cambios en el recibo eléctrico para la mayoría de las granjas se traduce en seis tramos horarios con precios diferentes. Apuntó que algunos trabajos que requieren de electricidad se pueden reorganizar, como las tareas de limpieza o incluso variar ligeramente el momento de la alimentación de los animales, pero no ocurre lo mismo con el gasto en calefacción o refrigeración de las explotaciones.
El sector porcino ha reducido un 30% su huella hídrica desde 1990 Joan Cartanyà, del Grup de Gestió Porcina de la UdL, explicó los esfuerzos del sector porcino por ahorrar agua y que se han traducido, por ejemplo, en un descenso del 30% de la huella hídrica desde 1990.
Con todo, considera que se podría aspirar a una disminución aún mayor, de un 10 o incluso un 20% adicional. Puso de manifiesto que las explotaciones porcinas provocan cierto rechazo social cuando se pone en cuestión que sean empresas pone sostenibles, cuando en realidad solo suponen el 2% de la huella hídrica, mientras que otros procesos de la cadena son los que exigen más consumo de agua.
Se refería así al agua que se consume en los mataderos y sobre todo para la alimentación, es decir, el agua de regadío para la producción de las materias primas del pienso.