LABORAL AGROALIMENTACIÓN
Los piquetes en Avidel impiden que 280 trabajadores puedan entrar al matadero
CCOO denuncia coacciones para reventar el paro y la dirección critica al sindicato
La huelga convocada por CCOO para ayer y hoy en el matadero Avidel ha provocado un enfrentamiento en la plantilla, ya que una mitad asegura que la empresa no está cumpliendo con el pacto para igualar las condiciones de los trabajadores y defienden el paro, mientras que la otra afirma que no la secunda porque cumple y reclama trabajar.
La huelga iniciada la noche del miércoles en el matadero de pollos Avidel, convocada por CCOO para denunciar que la empresa no está cumpliendo con los acuerdos para igualar la situación de todos sus empleados, ha dividido completamente a la plantilla, y es que la mitad de los asalariados de la misma asegura que no la secunda porque los pactos sí se están aplicando. La madrugada de ayer, la presencia de los piquetes de los huelguistas, que levantaron una barricada con ruedas y un gran fuego frente a la entrada principal de las instalaciones del matadero, impidió que unos 280 trabajadores que querían acudir a sus puestos de trabajo, en seis autocares fletados por la firma, pudieran hacerlo. Según explicó Diego Artigas, empleado en el departamento de informática de Avidel y portavoz de la plantilla contraria a la huelga, los Mossos d’Esquadra les cortaron el paso antes de llegar a las instalaciones alegando que ellos no habían recibido órdenes de disolver el piquete y que no les permitirían acercarse para evitar conflictos.El responsable de Industria de CCOO en Lleida, Ventura Campo, afirmó que la huelga, que finalizará esta noche, debe hacerse porque la empresa, propiedad del grupo Vall Companys y en la que trabajan empleados de Seresse (antigua Milsa) y de empresas multiservicio, no está cumpliendo con los pactos firmados hace un año.
Y es que, según él, a los trabajadores subcontratados, que son más de la mitad de los 600 empleados de Avidel, no se les está aplicando el convenio de mataderos de aves y conejos, tal y como se acordó, algo que la empresa niega. Por este motivo piden que todos pasen a formar parte de la empresa principal, Seresse.Respecto a la división que la huelga ha creado dentro de la fábrica, Campo acusó a la dirección del matadero de coaccionar a los trabajadores para que se posicionaran en contra del parón, amenazando con que perderían clientes si se sumaban. Además criticó que la mayoría de los que quisieron acudir a trabajar era personal de oficinas, a los que no les afecta esta situación.
CCOO ha puesto una denuncia contra las supuestas coacciones. Hasta las puertas de la empresa se desplazó el secretario general de CCOO en Catalunya, Javier Pacheco, que antes de participar en una asamblea celebrada allí mismo, instó a la empresa a “negociar una solución”.Las supuestas presiones denunciadas por Campo fueron negadas por Artigas, que aseguró que los pactos acordados el año pasado se están cumpliendo, añadiendo que los trabajadores cobran incluso más que lo estipulado en el convenio, y acusó al sindicato de haber organizado esta huelga con otras pretensiones y de manera unilateral sin haber tenido en cuenta las opiniones de los empleados. La huelga, dijo, contó también con el rechazo de UGT, minoritario en la empresa.
Tras reivindicar su derecho a trabajar, también denunció que CCOO había recurrido a personas de otras empresas y de fuera de Lleida para dar más visibilidad a la protesta que llevaron a cabo frente a las puertas de la fábrica.La dirección afirmó que todos los profesionales que trabajan en Avidel cobran lo estipulado en el convenio, e incluso por encima de la media del sector. Al mismo tiempo, cuestionó la transparencia y democracia de la convocatoria de huelga.