Ganaderos contra las cuerdas

El incremento de los costes de producción está poniendo contra las cuerdas a muchos ganaderos, que tienen que hacer frente a unos gastos desmesurados, y más en relación con unas cotizaciones de sus productos que están lejos de cubrirlos. La situación es tal que aumenta el número de explotaciones que está enviando a matadero los animales menos productivos, por ejemplo en el caso de las vacas de leche, o que están evitando el engorde, como en los terneros, en un intento de cuadrar cuentas o, cuando menos, reducir los números rojos de sus granjas. Un ejemplo de ello es Esmeralda Rourera, presidenta del JARC en Lleida y que está al frente de una explotación familiar junto a su marido.

Procedía del sector sanitario y se incorporó al sector para cubrir el espacio que dejaba vacía la jubilación de su suegro. Hoy sus dos hijas no tienen ninguna intención de continuar en el sector que, como recuerda Rourera, exige dedicación los 365 días del año. En su caso habían ido creciendo con la incorporación de granjas de ganaderos que dejaban el sector sin continuidad.

Pero ahora, después de dos años especialmente preocupantes con los precios, está teniendo que tomar medidas que nunca habría imaginado. Muchos de los terneros mamones, aún alimentados con leche, que tiene en la explotación no están pasando a la zona de engorde, sino que los está comercializando mucho antes. “Normalmente los animales que yo enviaba a matadero tenían entre 500 y 600 kilos.

Ahora, si puedo exportar los terneros en cuanto tienen 200 para el Líbano o venderlos a un cebadero, lo hago porque la situación es muy difícil”. De hecho, ahora cuenta con una nave para cebar los animales una vez han cubierto su período de alimentación con leche y no sabe si acabará poniéndola en marcha en breve o esperará a tiempos mejores. En su caso, combina el vacuno con el porcino, aunque esta segunda actividad la llevan a cabo desde la empresa familiar como integrados, con lo que cobran una cantidad fija por el cuidado y el engorde de los cerdos.

Los costes de producción se han disparado en prácticamente cada uno de los pilares de las explotaciones. Un informe de JARC situaba, por ejemplo, el precio del gas por encima de los 200 euros el megavatio hora el pasado día 9, una cifra que multiplicaba por diez el valor de mercado de un año atrás. En el caso de la electricidad, la situación es parecida, con un coste que se multiplica por ocho la mayoría de los días.

La organización agraria apunta que el precio del gasóil “más ajustado” del día 10 de marzo era de 1,534 euros el litro, mientras que hace doce meses, los payeses pagaban 0,645.Si hablamos de materias primas, la tonelada de maíz que arrancaba el año con cotizaciones del orden de 283 euros la tonelada, han pasado a los 420 en apenas diez semanas. En el trigo la variación es de 308 a 425 euros, mientras en la cebada se ha disparado de 294 a 410 euros, según el mismo informe. Unos precios que se han disparado en gran medida por el estallido de la guerra en Ucrania por parte de Rusia.

El país invadido y el invasor, en conjunto, exportan el 26% de la cebada mundial, el 34% del trigo, el 17% del maíz, el 24% de las pipas de girasol y el 73% del aceite del girasol. El estudio apunta que “el 12%de las calorías que se exportan en el mundo llegan al mercado de esos dos países”. En el caso concreto de Catalunya, Ucrania aporta el 20% de los cereales importados y Rusia, el 2%El caso del bovino de leche es un ejemplo paradigmático de la crítica situación de muchos ganaderos.

Los productores cobran aproximadamente a 360 euros la tonelada de leche, cuando el pienso les cuesta 460 euros la tonelada. Estima que una granja eficiente produce del orden de 32 litros por vaca y día, con unas pérdidas de entre 2,56 y 3,2 euros por animal. Para una explotación catalana media, con unas 191 reses, hablamos que el ganadero pierde de 14.668,8 a 18.240 euros al mes.