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FRUTA METEOROLOGÍA

Las centrales de fruta calculan pérdidas de 400 millones en facturación por las heladas

Algunas especialmente afectadas barajan no poner en marcha las líneas de envasado y vender su poca producción en palots || Nuevas empresas están preparando ERTE para parte de su plantilla

La helada de principios de marzo castigó duramente la floración de la fruta de hueso.

La helada de principios de marzo castigó duramente la floración de la fruta de hueso.MAGDALENA ALTISENT

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Las centrales frutícolas, cooperativas y SAT están haciendo las primeras valoraciones de los efectos de las heladas sobre su actividad y estiman que su facturación puede caer entre 300 y 400 millones de euros por falta de producto que comercializar. Esta es la primera estimación que ha hecho el director de la patronal catalana del sector, Afrucat, Manel Simon. Se trata de un primer cálculo que deberá ajustar cuando cuenten con las previsiones oficiales de producción de fruta.

De hecho, Agroseguro hizo una primera estimación de indemnizaciones a los agricultores asegurados y valoró los daños en unos 59 millones de euros en Catalunya, prácticamente todo en las comarcas de Lleida. Pero esta semana ha elevado la cifra a 103 millones ante la gravedad de los efectos del frío de los primeros días del mes de abril en las fincas. La situación es de tal importancia que empresas del sector más afectadas están valorando incluso no poner en marcha las líneas de envasado cuando comience la campaña.

Tienen tan poca producción de melocotón y nectarina que no les saldrá a cuenta y están analizando la posibilidad de comercializar los pocos kilos que tengan disponibles de sus socios o proveedores en palots a otras empresas, explicó Simón. Al menos mantendrían las máquinas paradas hasta que sea el momento de trabajar con fruta de pepita, pera o manzana, dado que son las especies que, en principio, se han visto menos afectadas por la caída espectacular de los termómetros del pasado mes de abril.Esta situación se traducirá también en una caída en picado de la contratación. Según sus cálculos, en una campaña que pueda calificarse como normal, los agricultores firman del orden de 40.000 contratos, una cifra similar a la que suscriben las centrales, cooperativas y SAT, En una estimación conservadora, apunta que el número caerá prácticamente a la mitad tanto en campo como en la industria leridanos, con al menos unos 30.000 contratos menos.

En esta situación y como publicó SEGRE, ya se han presentado ante la conselleria de Trabajo los primeros expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) por parte de algunas empresas y otras los están preparando. Este verano, explica, no habrá prácticamente contratación de temporeros, tampoco habrá trabajo para personal fijo discontinuo y, en muchos casos, será necesario también llevar a expedientes a personal fijo. Destacó que se trata de trabajadores especializados y experimentados claves para las empresas que no quieren que causen baja.

Por ello, hay compañías que prevén poder complementar las ayudas de los ERTE para garantizar su continuidad y evitar que busquen otro empleo.

Reclaman ayudas de 30 millones para gastos fijos

El gran problema para las empresas frutícolas con una gran caída de la producción es cómo afrontar los gastos fijos. Los ERTE ayudarán a reducir los costes de plantilla, pero no serán suficientes para cuadrar los números.

Por ello, el director de Afrucat, Manel Simón, estima que serán necesarias ayudas de la administración de entre 20 y 30 millones de euros para poder costearlos. Defendió que no se trata de ayudas indiscriminadas, sino en función de la situación. “No se puede quedar nadie atrás”, defiende.

Advierte que, en caso contrario, puede haber compañías que vean seriamente en tela de juicio su viabilidad. Ante la posibilidad de que la Administración articule prestamos bonificados o con cadencia, defendió que no es la solución, para un sector que ha invertido y que ya tiene préstamos en curso. Además, supone un endeudamiento que habrá que devolver con cargo a resultados o beneficios de próximas campañas.

Todo ello, cuando prevé los peores resultados en al menos 42 años.

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