AGRO INVESTIGACIÓN
El IRTA prueba la efectividad de las flores silvestres contra las plagas
Con el objetivo de reducir el uso de los pesticidas en los cultivos || Pueden atraer a los depredadores naturales de los insectos que arruinan las cosechas
El Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA) lidera un estudio que trata de demostrar que atraer insectos polinizadores y depredadores de plagas a los cultivos, mediante la plantación de flores silvestres, podría ser una buena alternativa al uso de fitosanitarios. Esta ya es una técnica que pone en práctica un payés en su finca ecológica del llano de Lleida, donde cultiva peras y manzanas, para tratar de reducir el uso de pesticidas, que pueden resultar negativos en la salud humana, la pérdida de la biodiversidad y la contaminación de recursos naturales. Durante años el uso de químicos ha sido la estrategia predominante en la agricultura para combatir las plagas, pero estos cada vez son menos efectivos, explicó el IRTA.
Las normativas actuales obligan a los agricultores a utilizar fitosanitarios específicos para insectos concretos, mientras que hace unos años se aplicaban productos que eliminaban cualquier especie de insecto cercano. Ahora, cada vez hay menos fitosanitarios autorizados y los insectos se vuelven resistentes. Es por eso que uno de los objetivos principales del IRTA es estudiar estrategias para favorecer el control biológico por conservación, para conseguir que el uso de pesticidas sea una práctica excepcional.
“El control biológico puede ayudar a reducir los picos de las plagas. La fórmula consiste en ponerlo fácil para que los insectos depredadores de las plagas se instalen en los cultivos”, explica Georgina Alins, investigadora del programa de Fruticultura del IRTA. De hecho en un trabajo previo realizado junto a la Universitat de Lleida y la Autónoma de Barcelona, se identificaron las especies de plantas que atraen a los enemigos naturales de las plagas en la Guía de plantas para favorecer a los enemigos naturales de las plagas.
En el caso del pulgón gris de los manzanos, los sírfidos y los parasitoides son los mejores aliados porque los adultos se alimentan de polen y néctar, y las larvas son las que realizan la acción del control biológico. Jordi Cabrefiga, investigador del programa de Protección vegetal sostenible del IRTA, señala que colocar bandas florales en los cultivos puede suponer un esfuerzo añadido porque los payeses deben modificar las tareas de poda y de siega. Pero estas, además de las plagas también pueden ayudar a desviar la actividad de algunos animales que estropean los cultivos, como los topillos, que se alimentan de las raíces de los manzanos, a la vez que se favorece la presencia de sus depredadores.