AGRICULTURA ANÁLISIS
Hacienda y Seguridad Social pierden 92,4 millones con las heladas en Lleida
Al caer la contratación y reducirse la fruta de hueso a comercializar este verano
Las heladas del pasado mes de abril dejan una grave factura en agricultores y centrales agrarias, con la pérdida de cientos de millones, pero también los sentirán la Seguridad Social y Hacienda. La caída de la contratación significa menos cotizaciones y de las ventas y de ingresos por IVA, alrededor de 92,4 millones de euros en total.
La campaña de la fruta de Lleida es una fuente de ingresos de la Seguridad Social en la provincia, con hasta 40.000 personas contratadas en la recogida en campo y en la manipulación en las cooperativas y centrales privadas. Con la pérdida de un 70% de una producción que pueda considerarse normal de melocotones y nectarinas, se perderán del orden de 939.000 jornadas de trabajo en la provincia, lo que a unos 57,60 euros por cada una de ellas suponen 54 millones menos en manos de temporeros, trabajadores fijos discontinuos e incluso indefinidos que pueden acabar en expedientes de regulación temporal de empleo.
Pero también sufrirá la Seguridad Social, que dejará de ingresar del orden de 13,65 millones en la provincia por esos empleos que se esfumaron con las heladas, según el cálculo del ingeniero técnico agrícola Francesc Xavier Miarnau. Los cálculos oficiales estiman que de los campos de Lleida saldrán 350.000 toneladas menos de fruta de verano. Teniendo en cuenta los destríos habituales en las centrales, por falta de calibre, malformaciones de la fruta o no encontrarse en el momento óptimo de maduración, Miarnau calcula que podríamos hablar de unas 315.000 toneladas menos comercializadas.
Es decir, que Hacienda se quedará sin el 10% de IVA de este volumen, lo que calcula en 78,75 millones de euros. Así, el Estado perderá solo entre Seguridad Social y Hacienda los 92,4 millones de euros mencionados. Pero las cuentas de Miarnau van más allá y analiza también el coste que supone para los seguros agrarios.
En este punto, calcula que esas 350.000 toneladas podrían estar aseguradas a un precio promedio de 500 euros por tonelada, lo que arroja una valoración global de 175 millones de euros. En este punto, estima que la prima comercial rondaría los 30,8 millones, mientras que la subvención aportada por la Administración alcanzaría los 16,8 millones.Con estos datos y teniendo en cuenta la repercusión de las heladas para las arcas públicas, Miarnau defiende no solo la rentabilidad económica, sino la viabilidad de que desde las Administraciones se apueste por una política que respalde las inversiones de los agricultores en sistemas para luchar contra las inclemencias meteorológicas, como el riego por aspersión en caso de heladas y las mallas antipedrisco, porque una finca sin producción “no genera nada”, alerta, mientras que sí supone que pierda el tejido no solo empresarial sino también social de un territorio como Lleida.
El riego por aspersión cuesta 9.000 €/ha, y las mallas antipiedra, 17.000
Instalar sistemas para luchar con los medios al alcance del agricultor contra el frío y el granizo tiene un coste que en muchos casos no puede afrontar.
Hay que tener en cuenta que los payeses han invertido en mejoras varietales, por poner un ejemplo, y han afrontado campañas muy duras, con números rojos, en especial desde el embargo ruso a la fruta europea en 2014. El ingeniero técnico agrícola Francesc Xavier Miarnau estima en una media de 9.000 euros el coste de instalar el riego por aspersión en una hectárea de fruta. El sistema se pone en funcionamiento cuando el termómetro cae en primavera y crea una cubierta de hielo sobre las flores para intentar que estas no bajen de los cero grados.
En el caso de las granizadas, los agricultores cuentan con las mallas antipedrisco como fórmula para defender sus producciones. Al igual que en el caso del riego por aspersión, los costes pueden ser variables, pero Miarnau estima un promedio de 17.000 euros. Considera que cada hectárea protegida podría producir del orden de 25 toneladas.
Hablamos de asegurar con ello unas 70 jornadas de trabajo y 1.570 euros para las arcas públicas. Poco más de mil llegarían a la Seguridad Social, a las que se sumarían casi 563 en concepto de IVA. Pero no solo eso, porque con la producción también se generan movimientos y consumos de otras materias necesarias para las explotaciones y las centrales.
Por ello, Miarnau defiende que establecer ayudas para promocionar los sistemas de lucha contra las inclemencias meteorológicas es viable y sostenible.Los últimos cálculos de Agroseguro cifran en unos 110 millones las indemnizaciones a las que deberá hacer frente en Catalunya por el frío, prácticamente todos en Lleida. El Govern prevé un paquete de 40 en ayudas y confía en que Moncloa ponga otros 40.