POLÍTICA AGRARIA
Unas 2.600 ha de girasol y colza pueden perder la ayuda acoplada
En Lleida, que este año tendrán una producción estimada cercana a las 10.000 toneladas || UP pide que se mantenga poder sembrar zonas en barbecho
Los cultivos del girasol y la colza corren el riesgo de quedarse sin ayudas acopladas europeas, según la organización agraria UPA, una decisión que afectaría a cerca de 2.600 hectáreas con una producción que roza las 10.000 toneladas este año en Lleida. El secretario general de Agricultura y Alimentación, Fernando Miranda, se ha reunido esta semana con representantes de las comunidades autónomas, de las cooperativas y de las organizaciones agrarias para hablarles de los últimos ajustes en el Plan Estratégico de la PAC. Entre las modificaciones introducidas, indicó que, dado que la Comisión Europea no ha considerado la inclusión de girasol y colza en el plan proteico, la propuesta española es destinar los 45 millones previstos para estos cultivos a incrementar la ayuda básica a la renta de las regiones donde se producen.
UPA afirma que ese montante se repartiría en las tres regiones de cultivos herbáceos de secano donde se han venido sembrando girasol y colza históricamente. De momento no hay un sistema cerrado para esos dos cultivos, que este año representan una superficie cultivada en Lleida de 350 hectáreas de girasol y 2.200 de colza, con unas producciones estimadas de 380 y 7.400 toneladas, respectivamente, según los últimos datos hechos públicos por la conselleria de Acción Climática. En responsable del sector de herbáceos de Unió de Pagesos, Santi Caudevila, destacó la importancia de estos cultivos en Lleida por, entre otras cosas, las oportunidades que ofrecen estos a los agricultores a la hora de acometer la rotación de cultivos.
También destacó la importancia que tiene para el sector industrial catalán, con molturación propia para la elaboración de aceite.En otro orden de cosas y en relación a la política comunitaria, Caudevila pidió que se mantenga durante un año la posibilidad de cultivar en terrenos que se habían de destinar a barbecho. Cuando la UE tomó la decisión para intentar afrontar los problemas de abastecimiento de los mercados derivados de la guerra en Ucrania, los agricultores apenas tuvieron tiempo de apostar por cultivos de verano. Caudevila considera importante que los payeses puedan decidir con tiempo qué plantar en esas superficies teniendo en cuenta la situación actual.En otro orden de cosas, calificó de desastrosa la campaña del guisante en las comarcas de Lleida.
Las fincas se vieron afectadas primero por las heladas del mes de abril y los calores extremos de mayo acabaron de castigar las fincas. Caudevila afirmó que buena parte de los guisantes forrajeros ni se han llegado a cosechar.