La producción de aceite de oliva en Lleida caerá un 36%, según la estimación de las cooperativas
La escasa cosecha y el incremento de los gastos energéticos y de elaboración encarecen el coste por kilo de aceite producido en Catalunya
La Federación de Cooperativas Agrarias de Catalunya (FCAC) estima que la producción de aceite de oliva puede caer hasta un 52% esta campaña –un 36,3% en Lleida– y se situará en torno a las 19.000 toneladas, con respecto a las 39.068 de la pasada, por los efectos de la sequía, calor y heladas. Así, estará por debajo de la campaña 2018-2019, una de las más bajas de los últimos años, con 20.600 toneladas. Sin embargo, la llegada de lluvias en las próximas semanas podría mejorar la situación de los cultivos, pero la FCAC ve "difícilmente recuperable" la producción. Por otra parte, las cooperativas remarcan que la escasa cosecha sumada al incremento de los gastos energéticos y de elaboración "repercuten sobre una menor producción y el coste por kilo de aceite producido se incrementa notablemente".
Por demarcaciones, la producción en Lleida se situará en unas 6.500 toneladas, con respecto a las 10.200 de la campaña anterior. En Tarragona pasará de las 27.800 toneladas de la campaña pasada a poco más de 11.000, según las previsiones de la FCAC. Las comarcas de Barcelona y Girona se mantendrán en unas 1.500 toneladas.
Las principales causas de la fuerte caída en la producción de aceite de oliva en Catalunya son las olas de calor que se han sucedido desde el mes de mayo, la sequía acumulada desde hace dos años y las heladas del más de abril, según explica el responsable de aceite de oliva de la FCAC, Antoni Galceran. "Aunque creemos que la producción de aceite de oliva a estas alturas difícilmente sería recuperable, seguimos pendientes de la evolución meteorológica y de la posibilidad de lluvias que, si se producen las próximas semanas, todavía podrían favorecer la situación de los cultivos", señala.
Por otra parte, en Europa se estima una caída del 35% de la producción, que se moverá en torno a las 1.470.000 toneladas, hecho que supone una reducción de la disponibilidad de aceite en el mercado internacional de casi 800.000 toneladas.
Las cooperativas alertan de que esta bajada global de la producción y la disminución de las disponibilidades tendrán efectos sobre el precio del aceite de oliva, que ya ha subido durante la última, desde el mes de marzo. La guerra en Ucrania ha disparado este año el precio del aceite de girasol –del cual Ucrania tenía casi la mitad de la producción mundial– y ha provocado que el resto de aceites vegetales también incrementaran el precio porque, en algunos casos, se pueden utilizar como productos sustitutivos.