Impulsan una gran planta para probar productos hechos con residuos orgánicos

Lleida aspira a disponer de una gran planta para que empresas y centros de investigación testeen productos creados a partir de residuos orgánicos como deyecciones ganaderas o restos vegetales, antes de sacarlos al mercado. El proyecto, previsto en Alcarràs, lo impulsan Generalitat, Diputación, Paeria, UdL y las Cámaras de Comercio de Lleida y Tàrrega.

La Generalitat, la Diputación, la Paeria de Lleida, las Cámaras de Comercio de Lleida y Tàrrega y la Universitat de Lleida (UdL) impulsan la construcción de una gran planta para que centros de investigación y empresas de todo el sur de Europa puedan testear a escala preindustrial nuevos productos elaborados a partir de recursos orgánicos locales (como deyecciones ganaderas o restos vegetales y de poda), que ya han probado antes en el laboratorio.

La asesora de Innovación de la Diputación, Teresa Botargues, indicó que la idea es situar esta infraestructura en Alcarràs y afirmó que cuando dispongan del proyecto que determine la dimensión y la inversión necesaria buscarán financiación pública y privada para llevarlo a la práctica. Se trata de ofrecer espacios de experimentación y creación de prototipos en entornos de riesgo controlado para el desarrollo tecnológico de productos como biomateriales, biocarburantes o bioenergía.

Precisamente, participantes en el congreso sobre Bioeconomía, Innovación y Tecnología (BIT), que ayer finalizó, destacaron la necesidad de disponer de esta infraestructura para transferir el resultado de las investigaciones al sector empresarial.

De hecho, ya existen empresas leridanas que valorizan las deyecciones ganaderas y otros productos orgánicos, que en el congreso relataron su experiencia. Jordi Jové, de Alcarràs Bioproductors, explicó que un grupo de ganadores de porcino y bovino se unieron para tratar las deyecciones, en 2019 pusieron en marcha su propia planta de compostaje que separa la parte sólida de la líquida del purín, y de la sólida, junto con restos de poda, produce compost de alto valor añadido. El año próximo quieren disponer de una planta de biogás.

Sebastià Farré, de la empresa Torre Santamaria, detalló que disponen de biodigestores para la obtención de biogás a partir de los residuos orgánicos de sus vacas, que inyecta en la red y también venden a Alemania.

Asimismo, Ignasi Salaet, de Fertinagro Biotech, indicó que la empresa produce toneladas de fertilizante sin base química y de alta eficiencia y Rafel Oncins, de Plusfresc, señaló han participado en diferentes pruebas de envases compostables y en sus establecimientos ya usan bolsas y bandejas compostables. Luzía Botella, de Feltwood, explicó que desde Zaragoza aprovechan residuos agrícolas para fabricar materiales de fibras naturales, alternativos al plástico, para envases de alimentos. Utilizan subproductos de hoja verde como lechuga y de cítricos.

Por su parte, Olga Martín, vicerrectora de Investigación y Transferencia de la UdL, también cree que actualmente “falta una instalación más que una planta piloto y menos que una industria para producir a gran escala” e instó a “seguir con la senda empezada en Lleida de unión entre administración, centros de investigación y empresas para ir de la mano avanzando en este camino y conseguir que todas las trabas (para producir este tipo de productos) vayan cayendo”.

Agilizar los trámites y obtener financiación, retos de la bioeconomía

Ricard Vizcarra, de la consultoria Ecoestudi, remarcó en las conclusiones del congreso la oportunidad que supone el aprovechamiento de subproductos de la actividad agraria e industrial para un cambio de modelo económico hacia la bioeconomía circular. También destacó la necesidad de agilizar los trámites e impulsar la financiación de este tipo de proyectos.

El alcalde, Miquel Pueyo, dijo que el congreso “ha de servir para impulsar un marco mental y conceptual que gire a favor de la idea de bioeconomía circular que da total protagonismo a la conservación del medio ambiente y de los recursos naturales”.