ESNOTICIA
Las heladas dejan un “agujero” de cerca de 150 millones para los agricultores
Las pérdidas suman 273 millones, de los que Agroseguro abona 94 y Agricultura, 32
La conselleria de Acción Climática calcula que solo por las heladas del pasado mes de abril provocaron daños de 229,21 millones en la producción de fruta dulce catalana, la gran mayoría en las comarcas de Lleida. Además, hay que sumar otros más de 44,04 millones en frutos secos, lo que arroja un total de 273,25 millones, según la informe oficial que hizo público ayer Asaja en el marco de la 68ª Fira de Sant Miquel.
Agroseguro prevé abonar indemnizaciones por los daños en la fruta de 96,6 millones de euros en Catalunya, 94,4 de ellos en Lleida. Además, la conselleria ha previsto una partida de 32 millones en ayudas para productores, que Unió de Pagesos duda que se lleguen a cubrir porque muchos afectados han desistido de solicitarla. Así las cosas, teniendo en cuenta los daños y el dinero de ayudas e indeminzaciones, el “agujero” que deja las heladas en el campo catalán ronda los 150 millones (146,85).
Además, según UP, aún no están en marcha otras medidas, como los créditos blandos ni se han publicado los requisitos para que las centrales y cooperativas opten a otros 8 millones en ayudas.UP afirmó ayer que los payeses solo han presentado solicitudes de ayudas para 17.200 hectáreas, cuando asegura que las arrasadas por el frío alcanzan las 40.000, por las exigencias marcadas por la Generalitat. La más importante de ellas es la obligatoriedad de asegurar las fincas durante los próximos cinco años. El sindicato afirma que muchos dudan poder mantener la actividad durante ese periodo, bien ante la falta de viabilidad futura o porque creen o temen que acabarán abandonando el sector en menos tiempo.
Por una parte de payeses mayores que no tienen ánimos ni relevo para mantenerse al frente de las fincas. Por otra, de jóvenes desmoralizados ante una crisis en la que llueve sobre mojado tras años de crisis de precios. Además, alertó de la grave afectación que tiene para el agricultor de fruta dulce la inflación en la alimentación, ya que considera que el aumento del precio que debe pagar el consumidor para comprar fruta fresca puede bajar su consumo.Asaja, por su parte, advierte que el incremento de precios de la fruta este verano apenas podrá compensar a algún payés, la gran minoría, que hayan podido salvar algo de cosecha.
Pero los payeses con un “buen seguro”, sin penalizaciones por daños en años anteriores, apenas “salvarán los muebles”. En el caso de los productores que no pudieron asegurar toda la producción, Asaja considera que se verán obligados a abandonar el sector. Todo ello, en una campaña en la que los costes se han incluso triplicado.
“Si podemos hacer quemas en Sant Joan, el payés las hará en Tots Sants”
Uno de los problemas adicionales con los que se encuentran los payeses estos días es la ley de residuos del ministerio de Transición Ecológica que prohíbe la quema de restos agrícolas. Los payeses exigen una solución inmediata y dejar sin efecto este punto de la ley española. El líder de Asaja-Lleida, Pere Roqué, afirmó irónico que “si se pueden hacer quemas por Sant Joan para acabar con todo lo malo y empezar renovados la nueva estación, los payeses las debemos poder hacer el 1 de noviembre, por Tots Sants, en memoria de nuestros antepasados, porque tenemos derecho a recordarlos”.
Roqué pidió seguir el ejemplo de la Comunitat valenciana que, dijo, ha buscado la fórmula para poder permitir que los agricultores quemen los restos de poda y de árboles que se han de destruir, porque dirigirlos a una empresa de tratamiento es totalmente inviable ante su elevado coste. Además, arremetió contra la propuesta del ministro de Agricultura, Luis Planas, que propuso en Lleida enterrar restos agrarios y optar a las ayudas de los ecorregímenes de la PAC. La consellera de Agricultura, Teresa Jordà, exigió en la inauguración de la Fira una moratoria a esta medida.
Dijo que, de momento, se había conseguido un pequeño avance dado que las autorizaciones excepcionales de quemas no se deberán hacer de forma individualizada. Con todo, el problema sigue existiendo y los agricultores advierten, que propuestas como las de enterrar restos, además de inviables por los volúmenes a eliminar, puede suponer una vía para extender enfermedades vegetales.