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Los cultivos de regadío de Lleida han necesitado este año un 14% más de agua que la media de los últimos cinco años

Lo han calculado investigadores del IRTA a partir de datos meteorológicos y de satélite, a causa de la sequía

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Un equipo de investigadores del Institut de Recerca i Tecnologia Agroalimentàries (IRTA) expertos en el uso eficiente del agua en agricultura ha calculado a partir de datos meteorológicos y de satélite que, este año, los cultivos de regadío de Lleida han necesitado un 14% más de agua de riego que la media de los últimos cinco años para garantizar las producciones, a causa de la sequía y la falta de lluvias durante la primavera y el verano. La superficie agrícola de fincas regadas en Lledia representa el 76% del regadío de toda Catalunya y, según el IRTA, será clave hacer un uso racional y eficiente del agua de riego, ya que el año que viene la campaña de riego será "muy complicada" porque se espera que los embalses estarán en "mínimos históricos".

La sequía y la falta de lluvias durante la primavera y el verano de este año ha obligado a los agricultores a restringir o disminuir las dotaciones de agua para poder acabar la campaña de regadío. En condiciones de poca agua y para tomar decisiones sobre la distribución de agua y equilibrar suministros y demandas, es importante conocer la demanda de riego de los cultivos en cada momento y predecirla para toda una campaña.

Es por eso que el equipo del IRTA está desarrollando una herramienta que estará a disposición de los regantes para conocer la demanda de agua de los cultivos en tiempo real, hacer uno histórico y predecirla hasta finales de campaña. "Es una visión más completa de las necesidades de riego anuales que, además, si persisten las sequías, ayudará a anticiparse y distribuir mejor el agua y de manera más eficiente a lo largo de la campaña de riego", destaca Jaume Casadesús, investigador del IRTA.

Esta herramienta ya se ha probado en una versión preliminar en la zona del Baix Ter (Girona) en el marco del proyecto Girona, regió sostenible a l'aigua' (PECT, Girona, regió sensible a l'aigua, 001-P-000082). Ahora, también se implementará en la zona de regadío de Lleida gracias al proyecto demostrativo 'COMREGSAT' (PDR 2014-2022).

Un 14% más de agua de riego y un 13% menos de precipitación acumulada

Esta temporada de regadío, los cultivos de regadío de Lleida han necesitado un 14% más de agua de riego que la media de los últimos cinco años para garantizar las producciones. Eso representa un aumento de 568 m3/ha por término medio (en total 82 hm3), lo que equivaldría a la mitad del agua que cabe en el embalse de Camarasa.

Para los cálculos, los investigadores se han basado en imágenes de los satélites Sentinel-2 y Sentinel-3, datos meteorológicos del Servicio de Cambio Climático de Copernicus y modelos físicos, que permiten elaborar los mapas de evapotranspiración de los cultivos.

En esta temporada ha habido cuatro olas de calor consecutivas y una temperatura por encima de los 35ºC durante 38 días, y la temperatura media de marzo a septiembre ha sido|estado de 1,5ºC más respeto la media de los últimos cinco años. Por otra parte, la precipitación acumulada de marzo a septiembre en Lledia ha sido de 180 mm, un 13% menos que la media de los últimos cinco años. Como consecuencia, "los cultivos han tenido mucha más demanda de agua", apunta Joaquim Bellvert, investigador del programa Uso eficiente del agua en agricultura del IRTA.

El agua que necesita un cultivo depende de las condiciones meteorológicas y del propio crecimiento de la planta. A más temperatura, la planta transpira más agua a través de las hojas y a la vez, se evapora desde el suelo, un hecho que se conoce como 'evapotranspiración'. Cuando la lluvia no aporta toda el agua suficiente que necesitan los cultivos para producir, se tiene que complementar con el riego. Sin embargo, las demandas de agua de cada comunidad de regantes variarán en función de su superficie, tipo de cultivo, sistema de riego y condiciones climáticas.

Embalses a bajo mínimos

Según los expertos, todo indica que este año "no quedará como una anécdota" y es posible que sea más frecuente convivir con un clima caracterizado por sequías, olas de calor y granizadas. Por eso, observación Bellvert, "de cara al próximo año hace falta que nos preparamos por una campaña de riego muy complicada, donde|dónde cada gota de agua contará y será clave hacer un uso racional y eficiente del agua de riego".

De hecho, los expertos del IRTA también advierten que la próxima campaña podría empezar con los embalses en "mínimos históricos". A fecha de 2 de octubre, los embalses de la confederación hidrográfica del Ebro (CHE) estaban en el 45% de su capacidad y los de las cuencas internas de Catalunya a un 37%. Hace sólo un año, estas reservas eran del 62% y del 63%, respectivamente. En eso, hay que sumarle que se prevén unos meses de otoño secos y más cálidos, según adelantaba el Servicio Meteorológico de Cataluña (SMC) a finales de septiembre

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