Cultivos experimentales de plantas aromáticas en el Segarra-Garrigues

Las plantas aromáticas y medicinales se perfilan como un nuevo cultivo alternativo en las zonas de protección de aves esteparias (zepas) de nuevos regadíos como el Segarra-Garrigues. Además de proporcionar una fuente de ingresos adicional en áreas con riego de apoyo, donde solo se podría cultivar cereal, también favorecen la biodiversidad al crear un mosaico con diferentes variedades de vegetación. Esta es la principal conclusión de un proyecto impulsado por la concesionaria Aigües del Segarra-Garrigues (ASG), el Centre de Ciència i Tecnologia Forestal de Catalunya, Fruits de Ponent y Laboratori Ventós.

El proyecto lleva por título Nuevos escenarios de producción industrial aromática y medicinal en los sistemas agrarios tradicionales de Catalunya. Ha supuesto cultivar en una superficie de unas dos hectáreas menta, melisa, lavanda, tomillo, el lavandín, ajedrea y absenta, entre otras plantas aromáticcas. Los ensayos se han llevado a cabo durante dos años en áreas regables del Segarra-Garrigues con diferentes condiciones climáticas: Sanaüja, en zona de secano, y Preixens y Castelldans, dentro del área de regadío.

Los resultados concluyen que la producción en secano es muy baja. Por otra parte, para compatibilizar su cultivo con las aves se tendría que cultivar en periodos que no afecten a su ciclo vital, como la nidificación. Los resultados se presentaron en una jornada celebrada ayer en la Escola Agrària de Tàrrega donde también se dio a conocer un plan de viabilidad del lavandín en un periodo de 10 años.