AGRICULTURA BALANCE
Las cooperativas agrarias de Lleida aumentan su facturación un 24% de media desde 2006
El plan de intercooperación cumple veinte años con importantes procesos de fusiones y colaboración || Las entidades de mayor volumen han pasado de 75 a 61 en los últimos diecisiete años en la demarcación
El plan de intercooperación agroalimentaria cumple veinte años, en los que se han acordado fusiones y otros tipos de acuerdos para lograr entidades más fuertes. Como ejemplo, el número de cooperativas en Lleida ha pasado de 75 a 61 desde el año 2006, un período en el que la concentración se ha reflejado también en entidades más fuertes.
La facturación media de las cooperativas se ha incrementado cerca de un 24% con 11,9 millones de euros en 2006, hasta alcanzar los 14,7 en 2020, según los últimos datos de la Federació de Cooperatives Agràries de Catalunya (FCAC). El secretario de Alimentación de la conselleria de Acción Climática, Carmel Mòdol, explica que el programa de apoyo a fortalecer el sector cooperativo y dar musculatura y valor añadido al sector agroalimentario ha tenido un impulso especial en los últimos seis años, en los que ha contado con un presupuesto de 56 millones de euros.
A la hora de hacer repaso de la historia cooperativa recuerda que muchas nacieron hace más de un siglo para apuntalar la supervivencia del sector, a mitad del siglo XX llegó el refuerzo de su musculatura industrial y en el XXI las fusiones y la apuesta por economía de escala. Ahora se trata de seguir ganando volumen para competir, pero también de analizar hacia dónde irá la economía y el camino cooperativo, teniendo en cuenta aspectos como la digitalización o la economía circular.
El presidente de la FCAC, Ramon Sarroca, apunta posibles proyectos cooperativos que van más allá de la agroalimentación y se amplían al mundo rural, de la bioeconomía circular, energía, salud o vivienda.
En estos veinte años se ha pasado de un plan de cooperativas con apoyo público basado principalmente en las fusiones, que después apostó por otros tipos de colaboración entre entidades. Ahora también se abre a proyectos dando cabida a socios o empresas no cooperativas. Eso sí, las empresas asociativas siempre deben tener el mayor peso, con al menos un 51% del accionariado, explican Mòdol y Sarroca.
El presidente de la FCAC destaca que los primeros proyectos hace veinte años llegaron de la mano de las entidaes arroceras del Delta de l’Ebre. Pero poco después llegaron proyectos tan importantes como el encabezado por la cooperativa de Ivars d’Urgell en un sector tan complejo, explica, como el porcino, dominado por la integración con empresas privadas. Otros ejemplos de éxito de la intercooperación y fusión fue el que representa Fruits de Ponent en el sector frutícola, además de ActelGrup.
Entre los éxitos del plan se destaca a Corbins, donde se unieron las dos entidades frutícolas locales con la de suministros. Las coopertivas vinícolas también han protagonizado importantes proyectos de fusiones y colaboración que han permitido reducir costes y ganar volumen, así como las de aceites o frutos secos. Sarroca cita entre ellas Fruits Secs de Les Garrigues.