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Combinar soja y cebada puede llegar a doblar la producción de proteína y conseguir reducir el uso de fertilizantes nitrogenados

Una investigación de la UdL testa diferentes alternativas para introducir la soja en los sistemas de cultivos

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Un sistema de doble cosecha de cebada y soja puede llegar a doblar la producción de proteína sucia|bruta comparado con un monocultivo de maíz, y conseguir, de esta manera, reducir de forma significativa la necesidad de utilizar fertilizando nitrogenado sintético. Así lo ha comprobado un ensayo de campo de la Universitat de Lleida (UdL) para testar diferentes alternativas para introducir la soja en los sistemas de cultivos. La investigación se ha hecho durante tres años en una finca de aspersión de 7,2 hectáreas ubicada en Sucs, en Lleida, regada a través del Canal de Aragón y Cataluña. Los resultados de la investigación, enmarcada en el proyecto europeo LegumeGap con 10 socios de 8 países, se han publicado en la revista 'European Journal of Agronomy'.

El equipo de la UdL ha testado diferentes alternativas de diversificación de cultivos para evaluar la introducción de la soja en los sistemas de cultivo de regadío del Valle del Ebro, para reducir la dependencia de las importaciones. La introducción de esta planta herbácea se ha evaluado en cuatro sistemas de cultivo: maíz continuo, soja en rotación uno de cada tres años, cultivo doble de cebada-maíz y doble cebada-soja. El equipo ha medido la productividad en términos de rendimiento de grano, energía y proteína sucia|bruta, y también ha calculado la eficiencia en el uso de los fertilizantes.

"La evaluación de alternativas que incluyan la diversificación de cultivos, la producción de cultivos de alto valor proteico y la reducción de la dependencia de fertilizantes nitrogenados es un pilar fundamental por|para la sostenibilidad de los sistemas de cultivo y la autosuficiencia proteica", ha destacado al investigador en formación de la UdL Genís Simon Miquel, primer autor del artículo. El estudio lo ha hecho con los profesores de la UdL Jorge Lampurlanés y Daniel Plaza, y el investigador Moritz Reckling, del centro de investigación|búsqueda Leibniz Centre for Agricultural Landscape Research-ZALF (Alemania) y la Universidad sueca de Ciencias Agrícolas (SLU). La empresa Jolbertal S.L. ha colaborado con la cesión de la finca.

Los resultados demuestran que la introducción de la soja en sistemas de cultivo único aumenta poco el rendimiento de proteína sucia|bruta, pero el sistema de doble cosecha de cebada y soja consigue las cifras más altas, 1.778 kilos de proteína por|para hectárea y año, mientras el cultivo continuo de maíz consigue un rendimiento medio anual de 895 kilos de proteína. Además, se consigue una reducción del uso de fertilizantes y una mayor eficiencia del nitrógeno sintético. Todo eso, manteniendo el agua de riego en torno a 700 litros por metro cuadrado distribuidos entre abril y septiembre.

"La introducción de la soja como cultivo doble después de la cebada es una estrategia de éxito para reducir los impactos ambientales derivados del uso de fertilizantes nitrogenados y aumentar la producción de proteína vegetal, contribuyendo a la autosuficiencia de proteína vegetal y a la diversificación y sostenibilidad de los sistemas de cultivo", afirma Simon. "Estos nuevos hallazgos se tienen que explorar todavía más a medida que el cambio climático amplía el área actual adecuada para el cultivo doble en el norte de Europa", añade.

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