La sequía arrasa cereales de secano y el sector teme “desabastecimiento” de producto local

La sequía empieza a arrasar campos de cereales de secano en las comarcas del llano de Lleida, donde vastas extensiones de cultivos muestran ya un color amarillento al haberse secado por la falta de lluvias. Esta situación confirma los peores pronósticos del sector, que advertía a principios de este mes de daños inmediatos y de gran magnitud si se prolongaba la escasez de precipitaciones. Ahora teme que las pérdidas lleguen a superar el 90% en las fincas sin riego y que puedan rebasar el 70% en las que sí lo tienen.

Los regadíos leridanos aplican restricciones desde el inicio de la campaña y han ido en constante aumento desde entonces. “Parte de lo que está plantado ya no llegará a la cosecha”, corroboró ayer el responsable del cultivos herbáceos del sindicato Unió de Pagesos (UP), Santi Caudevila. Apuntó que esta situación puede desembocar en “desabastecimiento” de producto local que se destina a la alimentación humana.

Esta situación obligaría a aumentar las importaciones de cereales desde Ucrania y otros países. “Las condiciones de producción de otros países, como por ejemplo el uso de fitosanitarios, pueden ser muy diferentes de las nuestras”, recalcó.En cuanto a la afectación para los agricultores, Caudevila recordó que la producción sufrirá un mayor volumen de pérdidas en los cultivos de secano, pero la de regadío “supone mayores inversiones”, lo que contribuye a agravar los perjuicios. En cualquier caso, las pérdidas de esta campaña se sumarán a las que la sequía ocasionó en 2021, y el sector ha iniciado movilizaciones para reclamar ayudas que contribuyan a paliarlas.

En el Canal d’Urgell, el presidente de los regantes, Amadeu Ros, advirtió el miércoles que los cultivos de verano no se podrán regar y pidió que no se plante cereal de segunda cosecha. De hecho, la situación de emergencia declarada hace diez meses en Segre ya prevé su prohibición. Muchos agricultores ya tomaron medidas meses atrás por si la sequía se prolongaba y decidieron plantar cereales de invierno como trigo y cebada, cuya necesidad de agua es menor que la del maíz que sembraron en años anteriores.

Asaja pide un plan de ayudas para paliar los efectos de la falta de agua

Asaja pidió ayer un plan de ayudas para paliar los efectos de la falta de agua en la agricultura. Su presidente en Lleida, Pere Roqué, aseguró que, en las zonas donde a finales de mayo ya no se podrá regar si no se registran precipitaciones, los agricultores tendrán que tirar toda la fruta al suelo para evitar que los árboles mueran. En caso de que esto suceda, Roqué exigió que se establezcan subvenciones para los payeses y las centrales de fruta y que sirvan para paliar las pérdidas económicas.

El Canal d’Urgell pedirá la declaración como zona catastrófica por la sequía y el miércoles alertó de que las reservas de agua actuales durarán hasta finales de mayo y luego tendrán que cerrar el grifo si no llueve (ver SEGRE de ayer).