Los precios de la manzana y la pera repuntan al final de la campaña por los bajos estocks

Los precios de la manzana y de la pera están repuntando en este final de campaña debido a la baja disponibilidad de producto que existe en las cámaras frigoríficas. Todo ello después de una producción muy baja el verano pasado como consecuencia de las heladas de abril de 2022. En concreto, la última tablilla de Mercolleida refleja un incremento de diez céntimos de euro por kilo tanto en la manzana Golden como en la pera Conference.

En el primero de los casos, la cotizaciones orientativas oscilan de 60 a 70 céntimos para calibres superiores a 65, mientras que puede alcanzar los 85 en caso de manzanas de tamaño superior. En la pera Conference, la de mayor volumen de producción en las comarcas de Lleida, los calibres superiores a 65 pueden alcanzar una cotización en origen que oscila entre el euro y los 1,10 euros por kilo. Para tamaños mayores de 60, la tablilla de la lonja leridana estima un valor de 65 a 85 céntimos de euro.

El repunte en el mercado se produce en un momento en el que las cámaras de frío de Lleida tienen un nivel de almacenamiento muy inferior a lo que se puede considerar normal, con apenas 70.140 toneladas al acabar el mes de marzo. En manzanas son solo 52.643 toneladas, cuando un año antes superaba de largo las 99.000. En la variedad Golden, la ‘reina’ en la producción local, el descenso es de un 48%, al quedarse en apenas 37.159 toneladas.

Las cámaras leridanas tienen, según los datos oficiales del cierre de marzo, 17.497 toneladas de pera, frente a las 28.165 del año pasado o las 25.405 de las mismas fechas de 2021. En pera Conference, hablamos de poco más de la mitad del volumen almacenado el año pasado, con un total de 15.825 toneladas.

Afrucat ha alertado de la falta de fruta por la corta cosecha

La subida de precios de la fruta de pepita se produce semanas después de las advertencias de la patronal catalana del sector, Afrucat, que dijo que van a faltar manzanas y peras en este final de campaña por la baja cosecha en 2022.

La caída de la producción se debió a los estragos causados por las heladas de abril, agravados después por las intensas olas de calor a lo largo del verano. Las condiciones meteorológicas también se tradujeron en problemas en el color de la fruta y en los calibres.Si el año pasado los problemas llegaron del frío en primavera y el calor en verano, esta campaña vienen por la falta de agua. El cierre del Canal d’Urgell para el riego puede ocasionar unas pérdidas al sector frutícola de 164 millones de euros, que se ampliarían a los 764 si no se llega a garantizar la supervivencia de los árboles para próximas campañas, según Afrucat.