AGRICULTURA CAMPAÑA
El Baix Segre abre la campaña del albaricoque pendiente del agua
Las producciones de las primeras fincas en La Granja d'Escarp destacan por su buena calidad||Mientras las de cereza tienen alto rendimiento, pero calibre corto
Agricultores del Baix Segre han comenzado ya ha recolectar variedades tempranas de albaricoques en unas producciones marcadas por la buena calidad, aunque los payeses siguen pendientes del cielo, de posibles precipitaciones, por las restricciones de riego derivadas de la sequía. Es el caso de Francisco Vallés que tendrá su primera producción de albaricoques en cinco años en sus fincas en La Granja d’Escarp. Ayer explicaba que en esas campañas habían perdido la producción por diferentes desastres meteorológicos, desde pedriscos a heladas pasando por golpes de calor.
Así que este año tendrán los primeros albaricoques para sacar al mercado, que confía en que tenga unos resultados económicos razonables, aunque aún es pronto para hablar de precios. En su caso cuenta con siete hectáreas de albaricoqueros con una disponibilidad de agua diferente. En una parcela pueden regar de la acequia local, mientras que en el resto tienen la mitad de agua de la que sería habitual por las restricciones del canal Aragón y Catalunya ante la escasez de agua de la que dispone.
Vallés explicó ayer que este año han hecho trabajos de aclarado intensivo de los árboles. Por una parte, porque venían muy cargados de producción, pero por otra también ha pesado el hecho de que no tienen todo el agua que necesitan las parcelas garantizada. De momento se siente confiado teniendo en cuenta la calidad del albaricoque que están recogiendo, pero admite que tocan madera para que la meteorología les respete, y no se repitan, por ejemplo, las tormentas de pedrisco que les arruine la campaña como ya les ha ocurrido.
En su caso, Francisco Vallés ha comenzado su campaña de recogida de fruta el 5 d mayo y espera acabarla a comienzos del mes de julio. Los otros productores que de momento pueden sentirse afortunados, aunque sea parcialmente, son los de cerezas. Los rendimientos pueden llegar a ser históricos, en el plano positivo, pero los frutos se han quedado justos, en “un calibre menos”, según explica Francesc Pena, payés de Seròs. Es consecuencia de una baja pluviometría que también ha afectado a estos frutales. Pero en su caso, la falta de lluvias cuando el fruto está cercano o a punto de recoger les ha salvado del temido cracking, que arruina las cerezas al producir la rotura de su piel. En cuanto a precios, Pena considera que se están moviendo en niveles “normales”.