ESNOTICIA
La mitad del bovino de leche, en riesgo
El 50% de los productores de Lleida creen que tendrán que abandonar antes de 2030 por los bajos precios y los elevados costes
Según una encuesta elaborada por Acció Climática y la UdL
La mitad de las cerca de 120 explotaciones de bovino de leche ubicadas en la provincia de Lleida ve amenazada su continuidad más allá de 2030, si la situación continúa como hasta ahora, debido a los altos costes de producción, los bajos precios de la leche y la falta de relevo generacional. Esta es una de las principales conclusiones de una encuesta realizada por la Universitat de Lleida y el departamento a Acción Climática a los ganaderos catalanes durante el 2022, en plena crisis de precios debido al incremento del coste de los cereales y la energía, y cuyo resultado se presentó ayer en el marco de la Fira de Sant Miquel.
El sector, explicó el autor de la encuesta y catedrático de la UdL, Daniel Villalba, tiene la percepción de que su labor y esfuerzo no está recibiendo el reconocimiento que se merece tanto a nivel económico como social y esto desmotiva también a los productores a la hora de mantener las explotaciones y desanima a los jóvenes a continuar con el negocio. Según los datos del estudio, la producción de un litro de leche tiene un coste para los ganaderos del llano de unos 37,2 céntimos de media, y lo estarían vendiendo a 33,4 céntimos. Y pese a que hay una regulación que prohíbe comercializar leche por debajo del precio de coste, el grueso declara que su comprador principal ni siquiera les permite negociar a cuánto se la entregan. Esto genera desde hace años un perjuicio económico imposible de superar para muchos, y más teniendo en cuenta la delicada situación actual con el encarecimiento de la alimentación de los animales, la energía y la falta de mano de obra.
Es por eso que su principal reclamo para poder seguir trabajando es fijar un precio mínimo para la leche.Otra gran problemática para la viabilidad de las explotaciones es la falta de mano de obra cualificada y de relevo generacional. Según la encuesta, en Lleida la media de edad de los ganaderos es de 49 años y las horas semanales que dedican a trabajar en sus explotaciones roza las 68, además de contar con apenas una semana de vacaciones al año. Según Villalba, pese a que las condiciones laborales para los trabajadores asalariados son buenas, la percepción social que se tiene de las labores en una granja hace difícil encontrar personal cualificado, lo que a su vez obliga a los ganaderos a trabajar más y, por ende, tener menor calidad de vida.
Esta concepción del trabajo en una explotación es también lo que dificulta la falta de relevo generacional, a pesar de que, según el catedrático, “hay muchos jóvenes con ganas de revertir esta situación que solo necesitan ayudas por parte de las instituciones”.El tamaño de las explotaciones también es una de las preocupaciones del sector. En Lleida, el 52% de los ganaderos encuestados afirmó no estar a favor de limitar el tamaño de las granjas. Pese a que aquí la mayoría de las explotaciones tiene entre 200 y 300 cabezas, los partidarios del “no” creen que tener más animales podría ayudar a reducir costes y a garantizar el relevo generacional.