Cultivadas más de 5.100 ha de colza en Lleida en rotaciones para la PAC

Los agricultores de Lleida dedican este año un total de 5.112 hectáreas a la producción de colza, un cultivo que fundamentalmente utilizan para cumplir con las exigencias de rotación de cultivos estaclidos por las normas de la Política Agraria Común (PAC). Así lo explicó ayer el responsable del sector de herbáceos de Unió de Pagesos, Santi Caudevila. Esta superficie supone una reducción con respecto a las 6.098 el año pasado, cuando de las parcelas de Lleida salió una producción de 8.310 toneladas. Sin embargo, a principio de siglo este cultivo se limitaba a 1.024 hectáreas y la producción era de 1.538, según la información oficial de la conselleria de Acción Climática.

Caudevila explica que es un cultivo que no tenía interés por la mala fama de la colza en el imaginario colectivo de los consumidores, por el escándalo a comienzos del años ochenta del siglo pasado. Se refería a la intoxicación provocada por la venta de aceite de colza desnaturalizado y el síndrome que provocó en miles de personas en España. Sin embargo, como destaca el responsable de UP, el aceite de colza es de calidad y muy consumidor en otros países europeos. Por ello, hasta ahora la salida para la producción de los payeses catalanes se encontraba prácticamente en exclusiva en la exportación. Sin embargo, indica, ahora ya hay empresas que comienzan a molturar y producir este tipo de aceite en el mercado interior.La colza es un cultivo que carece de interés en las fincas de regadío porque limita la posibilidad, por ejemplo, de una segunda cosecha de maíz. Sin embargo, sí es una opción para la rotación en los llamados secanos frescales de Catalunya. La razón hay que buscarla en las características de sus raíces, especialmente eficientes y capaces de aprovechar todo el agua que existe en la tierra.

UP afirma que una tonelada de colza cotiza ahora a unos 390 euros, frente a los 690 del año pasado

Los precios en el mercado, explica Santi Caudevila, llegaron a situarse el año pasado en los 690 euros por tonelada, lo que convertía el cultivo en rentable para las cuentas de las explotaciones. Sin embargo, asegura que en estos momentos apenas se valora en 390 euros. Aunque su cotización en el mercado no tiene nada que ver con la de los cereales, lo cierto es que también se venden en estos momentos en niveles especialmente bajos para los productores que, como publicó SEGRE el martes, sufren precios por debajo de los costes de producción.