COMARCAS
Las abejas sufren el calentamiento
El cambio climático avanza floraciones y muchos apicultores hacen trashumancia en la Noguera
Advierten de que hay menos producción de miel por culpa de la sequía y los predadores
Algunas de las colmenas que han estado en La Noguera y que ya se han transportado al Pirineo. - A A LL
Cuando hablamos de trashumancia, lo primero que imaginamos es el pastoreo en movimiento. Y poco lo asociamos a la apicultura que, en Catalunya y en el resto del Estado, se considera ganadería y se beneficia de esta práctica milenaria.
La apicultura trashumante busca condiciones climáticas adecuadas para que las colonias de abejas resulten fortalecidas y polinicen nuevas flores que puedan aumentar la producción de miel. No obstante, el cambio climático también ha afectado a las abejas. Las temperaturas altas de las últimas primaveras han acelerado las floraciones en muchas partes de los ecosistemas del territorio. Por eso los apicultores deben de avanzar los asentamientos apícolas buscando lugares donde la primavera sea más favorable para las colonias, para que se mantengan fuertes y para tener una mayor producción de miel. Por ello, estos insectos llevan a cabo varias trashumancias al año viajando de flor en flor.
El presidente de la asociación de Apicultores de Lleida, Josep Bonet, explicó que muchos de los productores leridanos inician la trashumancia en les Terres del Ebre o Les Garrigues, coincidiendo con el invierno, que es época de recogimiento, en la que se mantienen con un ciclo vital mínimo, consumiendo sus reservas y donde florecen antes los almendros, que darán el pistoletazo de salida de la nueva temporada.
“De marzo a mayo la comarca de la Noguera es una de las más solicitadas, aunque el cambio climático ha provocado que se solapen las floraciones del romero y del tomillo y muchos apicultores optam directamente por llevarlas al Pirineo”, dijo. Pese a ello, siguen siendo muchos los que pasan por la Noguera para que las abejas puedan ir picando de las flores del romero y la farigola, entre otras especies. “Es ahora y hasta septiembre cuando emprenden de nuevo el viaje hacia el Prepirineo y Pirineo, donde apenas comienza la floración y se alargará durante todo el verano”. Allí encontrarán tomillo, y una gran variedad de flores de prado de alta montaña que darán una miel exquisita.
Producción en Lleida
La entidad de apicultores de Lleida cuenta con unos 230 socios, el 95% de las comarcas de Lleida, aunque también los hay de Tarragona, explicó Bonet. Asimismo, la demarcación cuenta con 558 de las 2.170 explotaciones de Catalunya, con un censo total en la provincia de 36.244 colmenas, de las cuales 33.233 son trashumantes y unas 3.000 son fijas.
El sector ha denunciado que en los últimos años el cambio climático, el incremento de los costes de las materias primas y el abejaruco y la avispa asiática (especies predadoras) han “tocado de muerte al sector”, según Bonet. La sequía y las altas temperaturas han provocado floraciones fuera de tiempo y se estiman pérdidas de más del 20% de la producción anual atribuibles tanto al cambio climático como a los predadores. Las comarcas leridanas con mayor número de explotaciones apícolas son el Alt Urgell y la Noguera con más de 76 explotaciones de abejas, seguidas del Segrià con 73, el Pallars Jussà con 67 y la Segarra con 57 explotaciones.
