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LLEIDA

Pérdidas de 350 a 500 euros por hectárea en los cereales de Lleida

Según UP, en una campaña marcada por la disparidad de rendimientos en la provincia

Sólo algunas fincas de regadío conseguirán poco más que cubrir costes

Los rendimientos han sido este año especialmente dispares en las comarcas de Lleida. - X. SANTSMASSES

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Ninguna campaña cerealística es homogénea en el territorio, porque la producción dependen de múltiples factores, pero este año la gran disparidad de rendimientos es un factor especialmente determinante en unos resultados que se anuncian pésimos. El responsable de cultivos herbáceos de Unió de Pagesos, Santi Caudevila, afirma que la mayoría de los productores tendrán pérdidas que oscilarán entre los 350 y 500 euros por hectárea, solo una parte podrá cubrir costes o conseguir beneficios mínimos de cien euros por hectárea. Todo por una combinación de incremento de los costes de producción, de las semillas a los abonos pasando por los fitosanitarios, con los precios a la baja presionado por las importaciones. Según sus estimaciones, los cerealistas con fincas en secano apenas tendrán producción, lo que supone unas pérdidas de 350 a 400 euros por hectárea. Pero el regadío no ha sido este año un seguro de producción. En las zonas que registraros problemas con las heladas primaverales, se pueden enfrentar a números rojos de 500 euros por hectárea en el conjunto del ciclo, explica Caudevila. Se refiere así al balance conjunto del cereal de invierno con una segunda cosecha de maíz. 

De hecho, advierte que la cosecha del maíz “no pinta bien por un conjunto de factores. Las altas temperaturas han perjudicado la polinización, pero además tenemos la sobra de los precios”, en referencia a unas cotizaciones muy por debajo de las aspiraciones de la producción. Solo zonas con regadío pero sin problemas de heladas”cubrirán costes o ganarán en el mejor de los caos cien euros por hectárea”. Teme que los precios puedan situarse unos cien euros por tonelada por debajo del año pasado. La demanda ha bajado por la reducción de reses, en especial el bovino, pero también el porcino. Asimismo, destaca la presión de las importaciones de grandes países productores como EEUU, Argentina, Brasil o Ucrania.

En este contexto y con la “presión de la burocracia, cada vez hay menos agricultores, porque está claro que la situación no se puede soportar”. Caudevila pone como ejemplo el hecho de que la Administración reclame en pleno agosto justificaciones de cultivos que ya están segados, dice. “Nos tiramos tres días haciendo fotos de algo que deberían saber que no está en la finca. Parece que se trata de reclamaciones que tengan como objetivo poder eliminar ayudas de la PAC”, se lamenta el dirigente de UP.

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