Camelina: ¿Qué es y por qué se tendría que cultivar en Lleida, según los expertos?
Los beneficios de introducir la camelina en los sistemas agrícolas de Lleida centraron el debate del nuevo Breakfast4Inno, organizado ayer por Agrotecnio y el Parque Agrobiotech de Lleida. Esta leguminosa, que se presenta como una alternativa al cereal, ayuda a controlar las malas hierbas. Además, necesita menos inversión hídrica, ya que está adaptada a climas secos, y tiene un alto contenido en grasas saludables.
La camelina es un cultivo sostenible y respetuoso con el medio ambiente. Su introducción en los sistemas agrícolas leridanos podría suponer numerosas ventajas tanto para los agricultores como para el ecosistema. Durante la jornada, los expertos destacaron su capacidad para reducir el uso de herbicidas, gracias a su efecto supresor de malas hierbas.
Otro de los puntos fuertes de la camelina es su resistencia a la sequía. En un contexto de cambio climático y escasez de recursos hídricos, esta característica la convierte en un cultivo de gran interés. Su adaptación a climas secos permite disminuir las necesidades de riego, lo cual se traduce en un ahorro de agua y una menor huella ecológica.
Alto valor nutricional
Además de sus beneficios agronómicos, la camelina destaca por su alto contenido en grasas saludables. Les suyas entonces son ricas en ácidos grasos omega-3, esenciales para el organismo y con propiedades cardioprotectoras. La incorporación de la camelina en la dieta, ya sea a través de sus hojas o de su aceite, puede contribuir a mejorar la salud cardiovascular.
Oportunidades de diversificación
La introducción de la camelina en los sistemas agrícolas de Lleida no sólo reporta beneficios medioambientales y nutricionales, sino que también abre nuevas oportunidades de diversificación para los agricultores. Al tratarse de un cultivo alternativo al cereal, permite reducir la dependencia de un solo producto y explorar nuevos nichos de mercado.
Durante el Breakfast4Inno, se abordaron las posibilidades de industrialización y comercialización de la camelina. Su versatilidad permite obtener varios productos derivados, como aceites, harinas o piensos para animales. Eso supone una oportunidad para generar valor añadido y fortalecer la economía local.