ALGUAIRE
Dieciséis agricultures aprenden en Alguaire cómo pilotar drones
Son los primeros alumnos de los 45 que hasta enero conocerán el manejo de aeronaves no tripuladas. Pretenden mejorar la aplicación de fitosanitarios en las fincas
“Aprender a pilotar un dron me ayudará a tratar las plagas del cultivo del arroz. Creo que mejoraré en eficiencia y eficacia para aplicar los fitosanitarios en relación al método actual con el tractor. El rendimiento del cultivo es mucho mejor porque no daña la plantación ni el producto”. Santiago Jiménez, ingeniero agrónomo de Calasparra, Murcia, es uno de los 16 alumnos que estos días está haciendo el primer curso de pilotaje de drones en la agricultura que se lleva a cabo en el aeropuerto de Alguaire. Aseguró que la introducción de estas tecnologías en la agricultura es un “gran avance” y además sirve también para llevar un seguimiento de los cultivos y detectar si aparecen enfermedades. También puede facilitar la incorporación al campo de más jóvenes.
El instructor de vuelo de dron aplicador Eduard Ibañez, de la escuela de drones Aerofor, explicó ayer en Alguaire que el curso está destinado a agricultores o personas que quieren trabajar aplicando fitosanitarios con medios aéreos no tripulados. “Vienen de Alicante, Andalucía, Huesca o Galicia y está previsto que en dos años se formen en Alguaire unos 280 alumnos”, dijo. Desde la homologación del curso en enero de 2023 ya se han formado 180 alumnos en las instalaciones de CEI Lleida en la Caparella. No obstante, este es el primero que se hace en Alguaire “porque queremos demostrar a los alumnos que podemos hacer volar un dron y hacer aplicaciones agrícolas en un espacio aéreo controlado”. El centro estará ubicado en las instalaciones de en el aeropuerto leridano los próximos dos años y es la única empresa homologada en Catalunya para impartir este curso. Añadió que el 80% de los inscritos son agricultores y, de estos, la mitad están interesados en hacer servicios a terceros y otros para sus fincas. En cuanto al 20% restante, son alumnos “que han visto una oportunidad real de trabajar con drones en la agricultura. La demanda va al alza”. Según Ibáñez la utilización de este tipo de drones pueden alcanzar una rentabilidad del 400% en relación a la maquinaria terrestre y se reduce la emisión de CO2.