FRUTOS SECOS
Agricultores de Lleida, 'obligados' a arrancar una variedad de almendra no adaptada
Desarrollada por el IRTA, se presentaba como de excelente capacidad productiva, pero los payeses alertan de importantes problemas. Replantaciones, injertos y cambio de cultivo tras fuertes inversiones
Agricultores de Lleida se están viendo ‘obligados’ a arrancar o injertar almendros de la variedad Vairo, porque pese a los estudios que avalaban que es de “excelente capacidad productiva”, en la práctica presenta graves problemas. El responsable del sector de frutos secos de Joves Agricultors i Ramaders de Catalunya (JARC), Xavier Cullerés, explicó que no se trata de un problema puntual, sino varietal.
La almendra Vairo ha sido desarrollada por el programa de fruticultura del Institut de Recerca i Tecnologies Agroalimentàries (IRTA), que define sus características como de excelente capacidad productiva, notable intensidad de fructificación y vigor, autofértil y de floración tardía. Sin embargo, según varios agricultores productores, en la práctica presenta graves problemas tras la floración que hace que, frente al que se considera su potencial productivo de 5.000 a 7.000 kilos de almendra en cáscara por hectárea, apenas se recogen un millar.
La variedad se presentaba con notable intensidad de fructificación, autofértil y de floración tardía
Cullerés explicó que pese a que los árboles presenten una importante floración, como dice que se prevé este año, muchas carecen de aparato reproductor y acaban cayendo al suelo. Añadió que desde el IRTA se han planteado varias soluciones en las jornadas que año tras año celebra sobre el sector de los frutos secos en Les Borges Banques, pero ninguna ha sido efectiva. Por ejemplo, citó la propuesta de utilización de ciertos aminoácidos y reguladores del crecimiento, con un coste de unos 600 euros de media por hectárea, o las podas más severas de lo habitual. Consideró que parecen “palos de ciego sin efectividad”.
En este contexto, agricultores de las comarcas de Lleida están tomando diferentes determinaciones, desde el arranque de la variedad para replantar otras de almendro o pasarse a la fruta de hueso, hasta injertar los árboles jóvenes en espera de minimizar pérdidas.
De hecho, agricultores que han apostado por el arranque afirman que no pueden asumir que las pérdidas puedan seguir creciendo por una variedad que esperaban muy productiva en árboles que pueden tener 7 u 8 años. Inicialmente han tenido que afrontar inversiones por la implantación de los árboles y los costes asociados de entre 4.000 y 5.000 euros por hectáreas. A ellos, hay que añadir después los costes de tratamientos, riegos o fertilización, entre otros, que hacen inasumible, afirman, continuar con un cultivo que no cumple con las expectativas de producción.
La provincia se acerca a las 20.000 ha de almendros plantados
La provincia de Lleida cuenta con 19.599 hectáreas de almendros, de las que 14.543 son productivas, según los últimos datos hechos públicos por la conselleria de Agricultura referidos año 2023. Se trata de un cultivo al alza que ha ganado terreno en los últimos años. Por una parte, porque el consumo de este fruto seco se está incrementando en todo el mundo, lo que juega a favor de la demanda y de los precios. Por otro, por el hecho de que representa ciertas ventajas sobre otros cultivos, como por ejemplo el hecho de que requiere menos mano de obra. Supone un recorte de costes de producción, pero también evitar tener que afrontar las dificultades en ciertos momentos para encontrar temporeros disponibles, como ocurre en el caso de la fruta dulce. El año pasado, Lleida produjo 23.063 toneladas de almendra en cáscara, según los datos de Agricultura, frente a las 9.696 del ejercicio anterior.