Los agricultores avisan de que un año después están "igual o peor"
El sector dice que continúa el exceso de burocracia y abre la puerta a más movilizaciones
Miles de agricultores y ganaderos iniciaron hace un año unas movilizaciones históricas con cortes de carreteras por todo el país y una marcha lenta hasta Barcelona que reunió 2.000 tractores en el centro de la capital. En un momento en el que había protestas en toda Europa en contra de las políticas agrícolas europeas, en Catalunya el movimiento surgió espontáneamente a través de WhatsApp y obtuvo una respuesta masiva. De aquellos cortes nació Revolta Pagesa y, después, el Gremi de la Pagesia, un nuevo interlocutor en un sector marcado por la hegemonía de Unió de Pagesos. Pero algunos de los promotores de las primeras protestas avisan de que un año después están "igual o peor" y ya resuenan las voces que llaman a volver a la acción.
Toni Martínez es el agricultor de l'Horta de Lleida que empezó el llamamiento de protestas por WhatsApp. Martínez explica a la agencia ACN que hay más negociaciones pero los avances son pocos y continúan con problemas como la burocracia, los precios y ahora nuevas amenazas como el acuerdo de la UE con el Mercosur. Por eso, está convencido que habrá nuevas protestas pronto y dice que no dudaría a volver a cortar la autovía si conviniera.
Un año después del 6F, Toni Martínez admite que no se esperaba una "respuesta tan masiva" pero también reconoce que después del viaje en tractor a Barcelona y de mantener una reunión con el Govern, al final no resultó como se esperaban: el sector sigue sufriendo igualmente, con pérdidas, y aunque se mantienen las negociaciones con el Govern, Martínez no ve futuro.
Un nuevo movimiento agrario
Martínez recuerda que la iniciativa de las protestas surgió de "gente de abajo" que no estaba dentro de ninguna organización agraria, "sin ningún afán de lucro ni nada". Él recela de la formalización, al final, del Gremi de la Pagesia Catalana, que nace de Revolta Pagesa, y no sabe si les llevará a algún lugar porque ya hay sindicatos y lo que hace falta es "luchar desde abajo". Por eso, apuesta para que los grandes sindicatos trabajen unidos y luchen por la misma causa.
Actualmente, en el Gremi de la Pagesia Catalana, constituido a finales de septiembre del año pasado, hay 1.400 agremiados y dieron este paso para tener interlocución directa con las administraciones. "Creemos que el gremio tiene que ser un lobby que pueda ser la patronal de los agricultores y ganaderos", destaca a la ACN Eduard Escolà, representante del Gremi en el Camp de Tarragona.
El movimiento ha sido encabezado por una nueva generación de agricultores y ganaderos, preocupados también por la falta de relevo. Como entidad, tal como ya apuntaron cuando se mantenían a pie de carretera, siguen rechazando recibir ayudas de las administraciones para financiarse. Ahora, sin embargo, exigen poder tomar parte en las diferentes mesas sectoriales y organismos de representación del sector sin querer hacer "la competencia" a otras organizaciones ya establecidas.
El coordinador nacional de Unió de Pagesos, Joan Cavall, recuerda que en las movilizaciones del sector del año pasado se unieron "una serie de coyunturas" como las elecciones al Parlamento Europeo, una mayor exigencia de burocracia o los "primeros recortes" de la nueva PAC, así como una fuerte sequía por la cual se requerían ayudas. "Hubo muchos input para que la gente saliera", destaca.
Preguntado por la aparición de nuevos actores en el mundo agrario como el Gremi de la Pagesia, Cavall dice que UP es "el sindicato mayoritario" y tiene vocación de seguir siéndolo, pero que asumirá como demócrata cualquier cambio que decidan los agricultores en las urnas. "Bienvenidos sean los que quiera trabajar por el sector, pero tienen que pasar por las urnas, y eso no es fácil, porque quiere decir que tienes que trabajar", avisa. Asimismo, el coordinador nacional de Unió de Pagesos remarca que en el sector se valora "que se consigan resultados".
Pocos resultados
Un año después de las movilizaciones, varios municipios han visto en los últimos días cómo los carteles de entrada y salida a las carreteras estaban boca abajo, en una acción simbólica tras la cual hay, precisamente los promotores de aquellos cortes del 6-F. El miembro del Gremi de la Pagesia en las comarcas gerundenses, Jordi Ginabreda, admite a la ACN que el sector "continúa muy molesto". Según él, la acción de los carteles "es el inicio" porque ya se están organizando de nuevo. "Quizás necesitamos una pizca más de tiempo para movilizarnos, pero damos la señal de que el campesinado no está contento. Eso es un mensaje de que seguimos con el agua en el cuello", destaca.
El coordinador en la Catalunya Central, Jaume Prat, también dice que en las asambleas captan mucho descontento. "Había que dar un voto de confianza al Govyern pero no están los resultados que querríamos", explica, sin querer descartar, tampoco, volver a salir a la calle. Prat cree que si las explotaciones fueran viables no habría ningún problema de relieve generacional y lamenta que la burocracia es uno de los puntos que todavía hoy más les afectan. "Dedicamos mucho esfuerzo y, mientras hacemos eso, no podemos hacer otra cosa", lamenta. A pesar de admitir que ha habido algunos avances, Guillem Solà, portavoz del Gremi en Osona, lamenta que hay "pocos puntos tangibles" y reclama "hechos reales y no firmar tantos compromisos".
Agustí Garcia, presidente de la Cooperativa Agrícola del Prat de Llobregat, que como muchos otros compañeros se concentró con su tractor en las puertas de Mercabarna, destaca que sí que han notado una reducción de "el acoso" que sufrían con el tema de la burocracia. "Nosotros lo seguimos teniendo todo al día, pero la presión con el tema del papeleo se ha relajado. Nos están dejando trabajar que es lo que queremos los campesinos", añade Garcia.
En plena oleada de protestas, el Govern de Pere Aragonès prometió la llegada de la ventanilla única entre marzo y abril del año pasado, pero todavía no se ha implementado. Desde el Gremi apuestan por que se haga a través de oficinas comarcales. Escolà dice que los avances han sido "poco patentes" y avisa de que necesitan "resultados inmediatos". También lamenta que se pasan "jornadas semanales" haciendo trámites administrativos.
Desde Unió de Pagesos, Cavall admite que resolver los problemas con la burocracia es "un tema pendiente" pero pide ser realista. "No podemos decir al campesinado que conseguiremos que pasado mañana la saquen toda, eso es mentira, y por lo tanto tenemos que ir paso a paso", asegura Cavall, que cree que hace falta seguir trabajando y exigiendo a las administraciones respuestas a los diversos retos del sector. "Tenemos que seguir presionando, pero lo más importante es no sólo salir cuando llueve, sino salir todo el año, cuando haga falta, y trabajar todo el año", observación, señalando que eso "sólo lo hacen entidades" como Unió de Pagesos.
La irrupción del Gremi, asegura al presidente de la organización en el ámbito nacional, el agricultor de Amposta Joan Regolf, consiguió arrancar algunos compromisos del anterior Govern y seguir negociando con el actual. "Hasta hace un año la administración nos cogía como una broma. Salíamos a la calle, no teníamos reuniones provechosas y con acuerdos fuertes. Por eso aguantamos tanto", ha apuntado.
Pero estos acuerdos, a pesar de considerarlos positivos, avanzan con gran dificultad y su concreción efectiva se está dilatando, a pesar de la urgencia. "Algunas propuestas han salido adelante. Pero algunas se encuentran paralizadas, sin salir adelante, y la presión burocrática no se detiene", ha lamentado el presidente del Gremi. Cita los ejemplos de las medidas para hacer frente a la plaga de conejos, especialmente en la zona del llano de Lleida. También la concreción de un plan hidrológico en el ámbito catalán que permita garantizar recursos hídricos para el campesinado, que todavía sigue en el cajón.
Los problemas de siempre y nuevas amenazas
Aparte del "exceso" de burocracia, los agricultores también critican los robos en el campo y en las granjas, los daños de la fauna salvaje y la cinegética, los efectos de la sequía, el acuerdo comercial de la Unión Europea con los países del Mercosur o la entrada de productos que no tienen los controles que tienen los locales. De hecho, esta es una de las reivindicaciones de que más preocupan a los agricultores del Baix Llobregat, que denuncian que los productos foráneos que se venden a Mercabarna tendrían que pasar los mismos controles que los suyos.
Aquí, Garcia lamenta que todavía hay muchos distribuidores del mercado mayorista que venden producto sin tener la trazabilidad correspondiente y a un precio inferior a la media. A modo de ejemplo, señala que con las primeras naranjas nacionales en los puestos todavía se portaban de Egipto, lo mismo que pasa con los tomates de Marruecos, que llegan sin ningún control, cuando en la costa y Almería están en plena temporada.
Uno de los últimos clamores del sector es contra el acuerdo con Mercosur, por el libre comercio entre la Unión Europea y Argentina, Uruguay, Brasil y Paraguay. "Nuestros dirigentes políticos defienden la Agenda 2030 y a la vez están defendiendo el acuerdo de Mercosur", apunta Escolà, recordando que se trata de "polvo opuestos". Según dice, el producto agroalimentario de Sudamérica llega a la UE "con pocas garantías sanitarias y de trazabilidad" respecto de los alimentos que se producen en Europa. "Tenemos muy claro que antes de llegar a tratados y que el agricultor sea moneda de cambio queremos acuerdos que no nos perjudiquen. No nos pueden poner por el medio dentro de los tratados para llegar a acuerdos. No podemos competir con países terceros como están los costes hoy en día. Son países con una mano de obra muy barata y aquí tenemos unos impuestos, una seguridad social y tenemos que cumplir unas normativas que cada día nos exigen más", remacha Regoldf.
Robos y sequía
En clave territorial, los robos al campo y de ganado, tal como constató recientemente la ACN, siguen siendo uno de los principales quebraderos de cabeza del Gremi. "Necesitamos que en el entorno rural, en general, tengamos una mayor seguridad con nuestras explotaciones y almacenes", reclama Escolà, recordando que algunos ganaderos se han quedado sin ganado, por casos de robos, y han tenido que terminar. Regolf, por ejemplo, ha acudido ya varias veces al juzgado de Amposta las últimas semanas para denunciar robos y daños en sus campos de alcachoferas del delta del Ebro. Se declara impotente ante las medidas para limitar la recurrencia del fenómeno.
Arriba del todo, sin embargo, la sequía sigue erigiéndose como la gran amenaza a corto, medio y largo plazo. Los campesinos valoran positivamente que parte del sector se ha podido beneficiar de las ayudas, pero aseguran que no se ha llegado a todos los afectados. Reclaman acelerar las infraestructuras necesarias para que la acequia de apoyo para los cultivos leñosos sea una realidad. Por ejemplo, hacer realidad el proyecto de agua regenerada para la acequia de la depuradora de Reus.
Poco apoyo de los consumidores
Aunque perciben un mayor apoyo de la sociedad a los agricultores, los campesinos todavía echan de menos que los consumidores apuesten decididamente por el producto local y de calidad aunque sea un poco más caro. "Todo el mundo se llena la boca con el kilómetro cero y el producto de proximidad, pero mucha gente lo compra todo a las grandes superficies sin preocuparle su origen", lamenta Agustí Garcia, de la cooperativa del Baix Llobregat. Mientras tanto, añade Regolf, muchos campesinos profesionales están meditando o ya han decidido terminar. No concretan cifras, pero aseguran que el número es relevante.