Viaje a la espiritualidad de la India

Es el segundo país más poblado del mundo y se percibe desde el primer momento; la gente inunda las calles todas las horas del día y de la noche y el tráfico es caótico”, explican el Josep Maria Gallego y la Vanesa Badia a la vuelta de su viaje por el norte de la India.

“Sus costumbres y vida diaria nos fascinaron, empezando por la fe en el hinduismo en todos los niveles de la sociedad (que contrasta con nuestra realidad, en la cual la práctica de la religión es cada día más minoritaria) y su filosofía de vida. Se despiertan cada día antes de que salga el sol para realizar sus asanas de yoga, meditar, rogar y hacer ofrendas a los dioses. Las 5.00 a.m. es la hora más sagrada para el hinduismo.”

La estancia en Varanasi de Josep Maria y Vanesa coincidió con la celebración del mes de Shiva, de manera que observaron como la ciudad se llenaba de peregrinos vestidos de color naranja y descalzos. “Este color demuestra la abstinencia de los placeres mundanos y la investigación|búsqueda de la iluminación. Después de llenar garrafas de agua de la Madre Ganga (Ganghes), se las llevan para ofrecerlas al dios Shiva del templo de su localidad.”

Fue esta ciudad, Varanasi, la que más los cautivó, por|para el bullicio de peregrinos, aunque ya habían llegado los monzones. “Presenciamos el Aarti, un ritual que nos puso la carne de gallina tanto por la multitud de devotos como por la música y las ofrendas que los sadhus (monjes) ofrecían a los dioses.” Además, tuvieron la ocasión de observar cremaciones en los pies del río sagrado. “aprendimos cómo los hinduistas viven la experiencia de la muerte cerca del mismo río donde se duchan, lavan las sábanas, beben agua, pescan...”

Destacan también cómo cada domingo los principales diarios del país publican anuncios para concertar matrimonios, enviados por los padres de los futuros novios, con datos sobre su hijo/a, edad, estudios, casta y los requisitos del pretendiente.