Alertan de 'fake news' en internet en contra de las vacunas
El Consejo del Audiovisual de Cataluña (CAC) ha alertado esta semana sobre la presencia en las principales plataformas de vídeo y en las redes sociales de un discurso contrario a la vacunación contra la Covid-19.
En su informe, el Consejo del Audiovisual de Cataluña (CAC), ha identificado y reportado plataformas como Facebook, Twitter, Instagram, TikTok y YouTube un total de cuarenta vídeos que cuestionan la seguridad y la eficacia de las vacunas o la necesidad de vacunación.
La gran mayoría, el 70%, contienen llamamientos explícitos a no vacunarse contra la Covid-19. Son mensajes como, por ejemplo, “¡Por favor, no os pongáis la vacuna” o “¡No permitáis que os inoculen eso!”, generalmente difundiendo a través de hashtags como “#NoTeVacunes”.
El mensaje que más se reitera en estos vídeos es negar la seguridad de la vacuna. El discurso parte de dos hechos: la rapidez de desarrollo de la vacuna desde la aparición de la pandemia y la aplicación de técnicas innovadoras (como el ARN mensajero), que son calificadas de peligrosas y con riesgo de producir alteraciones genéticas.
Más de la cuarta parte de los vídeos niegan la necesidad de las vacunas contra la Covid, con mensajes que trivializan la gravedad de la enfermedad y minimizan los riesgos de letalidad reales. Así, proponen tomar vitaminas como alternativa o simplemente afirman que la Covid-19 no ha matado a nadie que no tuviera una patología previa.
Por este motivo, el CAC advierte de la absoluta falta de rigor de estas fake news y del perjuicio que pueden causar.
Las 6 preguntas que nos deberíamos hacer
El CAC ha publicado un documento para que los usuarios puedan detectar ‘fake news’ sobre las vacunas de la Covid-19.
1. ¿Tengo toda la información?
Los titulares pueden aportar solo una parte de la información, especialmente en la red, donde buscan atraer visitas. Por ello, es necesario leer toda la noticia y fijarse en los detalles. Las entrevistas a personas expertas son mucho más útiles para obtener información sobre temas complejos como son las vacunas.
Hace falta informarse con profundidad y no quedarse solo con los titulares
2. ¿Por dónde me llega?
Vivimos en un entorno de saturación informativa. Algunos contenidos, difundidos sobre todo en las redes, no han sido tratados siguiendo el método periodístico de contrastar y verificar la información. La desinformación provoca que una parte de la población tenga dudas sobre la necesidad de vacunarse.
Conviene informarse a través de medios conocidos. Se pueden contrastar las informaciones con los profesionales de la enfermería y la medicina.
3. ¿Es creíble la fuente?
No todas las fuentes tienen la misma solvencia. Las voces de los profesionales de la medicina, la enfermería, las farmacias, la investigación, los colegios profesionales y las autoridades sanitarias son fuentes calificadas y pueden explicar los procedimientos que garantizan la seguridad de las vacunas.
Hay que valorar si la fuente ofrece garantías científicas. Las autoridades, los profesionales y las personas expertas en el ámbito sanitario son fuentes acreditadas.
4. ¿Ha sido manipulada?
Las imágenes tienen un gran poder y las herramientas digitales permiten que cualquier persona pueda manipularlas. De la misma manera que lo hacemos con la información escrita, es necesario que nos planteemos cuál es su fuente y cuándo se registró.
Conviene buscar elementos de contraste para verificar la autenticidad de las imágenes y los audios que nos llegan.
5. ¿Es un caso único?
Siempre puede haber casos de efectos adversos después de la vacunación y es posible que los medios de comunicación se hagan eco. Pero tenemos que valorar cuál es la incidencia que estos casos representan sobre el total y cuál es su gravedad.
Es recomendable verificar si lo que nos explican es un caso único o si se está elevando a categoría de corte anecdótico.
6. ¿Lo comparto?
Tenemos que valorar si la información recibida tiene bastante credibilidad y si es útil compartirla. La propagación de rumores relativos a la vacunación puede poner en riesgo la salud pública. Hay que valorar pros y contras después de conocer las consecuencias de rechazar las vacunas.
Conviene no compartir una información si no tenemos la seguridad que es verídica.