'Art brut', el arte como terapia
Raquel Picolo ha escrito su primera novela basada en una experiencia personal || La autora pallaresa ya había publicado dos libros de cuentos y un manual de escritura creativa
La primera novela de Raquel Picolo, escritora natural de Cerbi (Pallars Sobirà), tiene tanto de literatura como de terapia y es que Art brut habla del arte como recurso de vida, especialmente en personas con un diagnóstico psiquiátrico.
Doctora en Biología, inició su actividad laboral como profesora universitaria y editora de libros científicos, pero la literatura, que había sido siempre su pasión, se cruzó en su camino cuando decidió cursar un máster de guion audiovisual y, a partir de ese momento, tomó la determinación de dedicarse por completo al mundo de la escritura. Desde hace 20 años organiza e imparte talleres de escritura creativa y conduce clubs de lectura, como los que se imparten en el CAN de Farrera.
Sufrir una depresión endógena y ser una persona altamente sensible y vulnerable, tal como afirma Raquel Picolo, le han enseñado mucho de esta enfermedad. “Una de las cosas que he aprendido es la grandeza del arte, siempre, y más para personas con un diagnóstico de salud mental. Yo me refugié en la escritura, que para mí ha sido terapéutica.”
Art brut es el nombre de las creaciones que hacen enfermos que residen en centros de salud mental, como por ejemplo Vincent van Gogh. Esta novela nace de una experiencia propia en el ámbito de la salud mental, que ha transformado en ficción para poder narrarla con más libertad y hacerla más universal. Raquel Picolo ha querido aportar su grano de arena en la visibilización y la desestigmatización, cosa que ha sido su objetivo desde el primer día y durante todo el proceso de escritura.
La autora se ha basado en su experiencia personal para escribir Art brut, ya que a los 25 años tuvo una crisis depresiva mientras estaba trabajando en su tesis doctoral sobre Ecología Terrestre, “no entendía nada, tampoco tenía ganas de hacer nada, sólo me quería morir, descansar. Me diagnosticaron una depresión endógena, y creo que no exagero si digo que el tratamiento me salvó literalmente la vida”, manifiesta Pico. "El caso es que yo desconocía qué era una depresión, una palabra que se ha banalizado y que a menudo todos tenemos en la boca sin saber que son palabras mayores, no sabía ni que se podía tratar ni que se podía cuidar; tampoco lo sabía mi entorno de licenciados y doctores, ni mi familia. No sabíamos nada. En general, lo único que se esperaba de una persona que sufría un trastorno psiquiátrico era que se comportara normal cuanto antes mejor. Y desgraciadamente, después de treinta años, socialmente las cosas han cambiado mucho menos de lo que sería deseable”, concluye.
El libro está escrito en forma de dietario que una madre escribe a su hijo, ingresado en un centro de desintoxicación.
La novela incluye fragmentos de un texto de autoficción que la autora había escrito joven, cuando ella también tuvo que ingresar en un centro psiquiátrico.
Picolo, que actualmente reside en Vilassar de Mar, ha publicado con anterioridad dos recopilaciones de cuentos, La nit als armaris y Cròniques de Kaneai y es autora del guion del documental Camí d'Àrreu.
MENTORA
Su abuela materna, lectora de novelas de amor en francés y oradora original, su primera influencia
CUENTOS
Las Valls d'Àneu siempre están presentes en la obra de la autora
Les Valls d'Àneu y Cerbi, el pueblo donde nació a principios de los años 60, son el particular Macondo de Raquel Picolo. Las leyendas, la vida y la naturaleza de ese entorno protagonizan las dos recopilaciones de cuentos que tiene publicadas.
En La nit als armaris, la autora narra “la historia de una generación que salió de la montaña oral para acabar a la ciudad escrita”, según comenta en su blog https://raquelpicolo.net/, mientras que a Cròniques de Kaneai “vuelvo a los escenarios de mi infancia para narrar una serie de cuentos de género fantástico”, asegura. “Adoro los cuentos, pero también escribo textos autobiográficos, de autoficción, novelas y ensayos en torno de la lectura y la escritura”, concluye.